21 razones para tener IBFs

Narcisitas

   En nuestro salón de clases, nunca falta la chica presumida rodeada de miles de chicas que juran ser sus "amigas" pero se le acercan por lo muy atractivo de su dinero, joyas y belleza, asimismo, existe la chica invisible con gustos "extraños" a parecer de la sociedad; lo dicen porque me paso leyendo en los descansos, mis cuadernos que tienen portadas de anime decoradas a mi gusto y mis gustos musicales -¡Viva We The Kings!- sólo soy única.

  Después de ese largo y aburrido día de materias escolares, fui a mi casa escuchando mi música, todos con compañía y yo rondaba sola como lobo perdido sólo que yo si sabía dónde se ubicaba mi casa. Me llaman la rara solitaria porque no saben que mi nombre es Mérida; si tengo amigas sólo que viven en el extranjero mi mejor amiga se llama Aldana y es de Argentina. Muy agradable y buena consejera. Al llegar a casa, mamá me dijo que me tenía un obsequio que tenía posibilidades de que fuera de mi agrado, yo muy
ansiosa espero a que mamá lo encuentre y ¿Quieres saber qué era? ¡¡Era un cuaderno!!

-¿Gracias?- Dije en medio de la confusión y la decepción,- ¿Para qué un cuaderno?

-Estás entrando a una etapa en la que tus sentimientos son una mezcla y apuntándolos como un diario, te ayudará a organizar tus ideas.- Dijo con su voz compresiva y armoniosa- No necesariamente debe ser un diario puede ser cualquier cosa.

   Ese "cualquier cosa" me sirvió mucho, voy a usarlo para escribir un diario y de ese día voy a sacar una razón para tener una amiga en el extranjero y no las fresas que hay en mi clase.

    Que sueño, ya voy a dormir con la conciencia limpia de que soy yo misma y me gusta como soy....creo....

-A la mañana siguiente-

   ¡¡¡Ya te oí alarma!!! Así empiezan mis mañanas, escuchar la alarma y dirigirme al baño, después de una ducha a lo que caiga, me terminé de alistar y me fui.

     Al llegar para variar iba tarde y choqué con un chico, y no, no me enamoré como suelen escribir en los libros de novelas juveniles. Llegué a clases y me puse a dibujar. Hora del descanso, saqué mi cuaderno y escribir mientras hablaba con Fernanda, una amiga de México. Llegó una chica que solo de si misma hablaba y a ratos me conversaba de moda y esas cosas que a mi no me interesan; mis amistades de otros países no son tan narcisistas cómo la mayoría de chicas de acá: 
                                                                 Razón número 1: Acá todos tienen narcisismo, y eso cansa