Next Level |Kuroko No Basket; AoKaga|

Consejo 2: Dale Un Regalo A Tu Pareja

— ¿Como te fue, Kagami-kun? –Preguntó la sombra acercándose a su Luz, ya tenía una idea de lo que había ocurrido, ya que el As del equipo de Basket en Seirin, no había llegado a la primera clase, sin contar, que caminaba un poco extraño...

Para otros aquello quizá podía pasar desapercibido o no pasaría de una torcedura leve de tobillo, pero para el ojo maestro loco por el Yaoi de Kuroko, aquello era obvio...

— Supongo que por tu mirada de Fuyochi loco ya te estas dando una mínima idea, ¿no? –Comento con cierto enojo ya que algo que odiaba era terminar como si fuera la primera vez de hacer el amor con Daiki, adolorido, y caminando levemente extraño, pero que al ojo de Kuroko no podía pasar desapercibido

— En Primera Kagami-kun, no se dice "Fuyochi" se dice Fujoshi, segundo esas son las chicas amantes de Yaoi, y en tercera yo soy Fundashi, que es el término que se utiliza para los amantes del Yaoi pero que son del género masculino, cuarta no estoy tan loco, y quinta puedo ver que tuvieron un noche divertida –Ríe el peliazulado abriendo su mochila para tenderle una pastilla para el dolor junto a una botella de agua

— Agh, bien, ya no hables tanto, tengo un dolor de cabeza que me esta matando –Suspira metiendo la pastilla a su boca para beber el agua– Quiero que me ayudes con el consejo dos, no tengo idea de que hacer

Tetsuya se quedo pensando un momento poniendo su dedo en su barbilla– Es la del regalo, ¿no? -Hizo un poco de memoria y cuando Taiga le confirmó hizo un ligero mohín

Kagami sacó la revista y la abrió en el lugar del artículo que lo hacía, llevar acabo un espectáculo para su pareja

Consejo #2: Dale Un Regalo
A Tu Pareja

Muchas veces lo que se necesita para encender un poco mas la relación, es darle a la pareja regalos, y pequeños detalles que le hagan ver lo importantes que son.

— La buena noticia es que le puedes regalar comida y será feliz –Opino Kuroko encogiéndose de hombros recargando su mejilla en su mano, en modo de descanso, cerrando sus ojos un momento

El pelirrojo le miró alzando una de sus cejas y negó– No, quiero darle algo... Bien. Algo que le guste como si fuera nuestro aniversario o alguna de esas cursilerías. Vamos! -Tomó su mochila y jaló a Kuroko poniéndose de pie de su asiento, pero algo le detuvo.

— Kagami-kun, si ya termino de hablar sólo y contarnos de su vida amorosa, le pido que por favor vuelva a su asiento y presente atención a la clase. –Fue el maestro quien interrumpió a Taiga que estaba apuntó de irse para ver que le compraría al moreno, este mismo se sentó rojo en su pupitre apenado de haber dicho cosas en voz alta como si el y Kuroko hubieran estado solos.

...

Una vez terminadas las clases por fin ambos amigos pudieron ir de compras en el centro de la ciudad, recorrieron cada centímetro de este mismo, ya que Kagami no estaba convencido de absolutamente nada

Cuando Kagami encontró por fin algo que quizá funcionaria con su novio moreno, lo compro, incluso Kuroko compro algo para la joven pareja adolescente, y cuando fueron a envolver, envolvieron de la misma manera

Al llegar a casa, el chico de Too Gakuen ya estaba en ella y se extraño bastante al recibir aquellos regalos pero de igual manera ríe, y comenzó a abrir uno en lo que su pareja dejaba sus cosas y se quitaba los zapatos

- Vaya... esto sera genial Taiga, ya quiero verte con el puesto - Sonríe Aomine admirando el regalo entre sus manos, pasándose su lengua por sus labios humedeciéndolos ya se le hacia agua la boca

Kagami sonríe mientras comenzaba a decirle que, estaba aliviado de que aquello le gusto, pero se trago sus palabras al ver el moreno claramente había abierto primero el regalo de Kuroko confundiendolo con el suyo, Tetsuya les había dado una sensual lencería, y vaya que muy, muuuy sensual.

Aomine ya miraba a su novio con deseo y no tardo nada en ponerle aquella prenda y cargarlo al estilo nupcial por los pasillos hasta su habitación entre besos y toques, era obvio lo que esa noche pasaría...

Maldito Kuroko.

Penso de inmediato Kagami, al verse en aquella situación, pero mando todo a la mierda igual que la noche anterior, y se dejo llevar por los besos y caricias.