Sentí como mi cuerpo reaccionaba, como mi pecho subía y bajaba con cada respiración involuntaria que daba.
Me sentía cansada, la luz que se colaba por entre las cortinas de mi cuarto me impedían abrir los ojos sin antes adaptarme a ella, aunque ciertamente no deseaba abrirlos.
Lentamente subí mis manos a mi cabeza y comencé a apretarla fuertemente, el dolor que sentía comenzaba a molestarme. Me encontraba después de todo ahí, mirando el blanco techo de mi habitación.
Y entonces las lágrimas comenzaron a salir, podía sentir mi corazón acelerarse cada vez más, y mi respiración luchando por mantenerse calmada, oía las cobijas de mi cama, crujiendo con los movimientos bruscos que mi cuerpo hacia por intentar controlar el llanto.
Se volvía difícil, no quería estar ahí, se supone que ya no debía estar ahí. Todos mueren después de consumir una dosis excesiva de pastillas para dormir, por qué yo tenía que ser una excepción y continuar pensando, luchando contra la vida que tenía, contra lo que mi cabeza me decía, contra lo que se supone dejo de ser agradable.
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¿Cual seria tu motivo?
Short StoryY sigo aquí, de pie, sin embargo el olor a muerte... aun no deja de perseguirme.