CAP 1 editada

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—Ya, pa-para. Por favor, detente. Ense-enserio du-duele mucho. ¡Ya para, por favor!

Jimin se encontraba en uno de los cubículos del baño de la escuela con su rostro contra la
puerta, llorando, con ambas manos siendo apresadas por una de las del pálido en su espalda.

Detrás se encontraba Min Yoongi, quien lo estaba penetrando sin piedad, tomándolo con
fuerza de la cintura.

—Joder, ya cállate.

El menor fue callado por una mano en su boca, la cual jaló su cabeza hacia atrás.

Yoongi
mantuvo esas estocadas fuertes y certeras, dando justo en el punto más sensible del menor.

Jimin lloraba con más intensidad.

—A-ah~ por favor, Yoongi, detente.

—Que te calles, idiota.

Con un movimiento brusco provocó que el menor se golpeara fuerte en la cabeza,
desorientándolo un poco.

Las penetraciones siguieron durante unos minutos más, en aquel baño vacío.

Solamente se
escuchaban los jadeos del mayor y las súplicas y llantos pertenecientes al menor.

El agarre del chico de cabello verde menta sobre Jimin cada vez era más fuerte, mientras sus
estocadas más erráticas, anunciando la llegada próxima a su clímax.

Se escuchó un jadeo, seguido del sonido del menor cayendo, totalmente débil, al suelo. El
mayor pasó por su lado arreglando su pantalón.

—Adiós putita.

Seguidamente salió de los sanitarios, no sin antes le darle una tremenda patada en el
estomago a Jimin, que lo hace toser.

—Maldito —Susurró, viendo como Yoongi se iba.

Todavía tirado en el suelo, arregló sus prendas. Muy adolorido y con sus piernas temblando,
logró levantarse, sujetándose de las cosas a su alrededor.

Se dio una mirada en el espejo. Se enteró de que su estado era realmente lamentable; su nariz
sangraba, su labio se encontraba partido y en uno de sus pómulos había un gran hematoma,
sin contar todos los que se encontraban repartidos por su cuerpo. Una lágrima traicionera
rodó por su mejilla desapareciendo bajo su cuello.

Sin dejar de mirarse al espejo se limpió un poco más para luego acomodar mejor su ropa y
dirigirse en dirección a su respectiva clase.
Al llegar agradeció que el profesor no se encontrara y rápidamente se sentó en su lugar,
observando por la ventana. Se recostó en su mesa individual mientras sus lágrimas escurrían.
Su cuerpo y alma dolían. Cada día sentía menos ganas de vivir, menos fuerzas para seguir, y
más soledad que lo embargaba por completo, ahogándolo en un vacío doloroso.
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Holaaaaa, ..,.... Pues nada  sin palabras  jaja , voten y comenten muak😘

~VIOLENT' S~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora