Capítulo 1

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Fue un día a los 15 años que lo descubrí.
Mis padres fueron muy descuidados, haciendo que su primogénita y única hija muriera.
Yo no fui su hija jamás.
Yo era una niña de la calle, una niña ciega.

No sé con exactitud como se llamaban quienes lo hicieron, ni como lo lograron. Hasta esa edad ni siquiera lo sabía.

Ojos de demonio, eso era lo que tenía. Al menos eso me dijo mi padre después de darme la golpiza de mi vida.
Había matado a mi madre, yo la maté.
Mis ojos habían succionado cada segundo de su vida.
Había asesinado a la única persona en este mundo que me amaba.

Mi padre se alejó de mi, dejándome sola, confundida y muy triste.
Encerrada en esta pequeña ciudad, con esta gente inocente; siendo yo un monstruo.

Me aleje del mundo por días, y cuando salía por comida tapaba mis ojos.

Me sentía horrible, no era una persona, merecía morir.
Y estuve a punto de hacerlo.

Fue cuando escuché algo que me salvó.
Llegaron rumores de que un asesino despiadado estaba siendo encarcelado.

Y tuvo sentido para mí. Asesinos, ladrones, violadores todos ellos merecían morir por sus decisiones.
Cuando yo moriría por las de otros.

Así que tomando valor y rogando mucho conseguí una reunión con el asesino del que escuché.

- Tú mataste a mis padres - mentí frente al hombre esposado - mirame y dime porque.

Él me miró, parecía confundido, buscando en su mente a alguien parecido a mí. Mientras se le iban horas y días.

Ahí fue cuando decidí vivir así.

Después de dos años regresé a la escuela. Ahí descubrí como la gente desvalora el tiempo, su tiempo.
Y como ya no tenía oportunidad de quitar vida a presos, empecé a hacerlo con personas.

No hasta matarlos, no de nuevo.

Actualmente estudió administración de empresas en la UPL, Universidad Privada Libertad, y trabajo en la boutique de Sally.
Una ex modelo que aprecia el trabajo duro.

No tengo novio, no quisiera encariñarme con alguien.
Porque de esto no hay salida.
Además terminaría matandolo, y caería de nuevo en depresión.

Trabajo en tener una vida cómoda y feliz. No pensar en el pasado y creer que hay un futuro para mi.

...

Hoy me levanté como todos los días, y fui a la Facultad como todos los días.

Pero no era un día común.

Un chico de pelo rubio y ojos café me evitaba el paso.
Mirándome a los ojos.
Pensaba alejarme cuando en un segundo lo tenía a medio metro de mi nariz.

- Hola ¿qué hay? - su voz era común pero con atisbos de grave.

¿Quién era este tipo?

- Tú eres la única en esta ciudad con heterocromia ¿sabias? Mi nombre es Ángel, bueno el de este chico. No pareces tan tonta como las otras 3 así que seré directo.

Suspiro y calló unos 3 segundos.

- Mi amigo es muy tonto, hizo una estúpida apuesta con un humano. En fin perdió sus ojos, y yo los busco digamos por un favor. Algunas no lo entenderían pero llegué a la conclusión de que sólo 4 chicas podrían tenerlos, entonces adivina adivinador; tú eres una sospechosa.

- Yo no los tengo, no existen los demonios. No bromees conmigo.

- Oh querida no intentes engañarme todo lo humano está dormido. Tomó un tiempo pero me adueñe del pobre Ángel. La posesión nunca me funcionó tanto - agarró mi palma y la examinó -. Sin rastros de sudor, puede que no mientas ¿cómo te llamas?

- Karma, así me llamo - mantuve su mirada esperando que bromeara. Si esto fuera real y descubriera que yo tengo los ojos ¿qué haría conmigo?

- Estaré al pendiente, Karma - dijo estrechando mi mano.

Volteó la cuadra y desapareció.
Realmente estaba en un problema.

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⏰ Última actualización: Oct 09, 2017 ⏰

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