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Dos años atrás
Caminaba a paso tranquilo por mi nueva universidad, sin prisa ya que iba  veinte minutos adelantada, fije mi vista nuevamente en el folleto de información y dirección para confirmar que iba en la dirección correcta, si, me tocaba en el aula 112-A de literatura antigua esa era una de las materias obligatorias que debía tomar para cursar el año. Al llegar al lugar que indicaba el folleto di dos golpes suaves a la puerta y luego gire el picaporte, la sala de clases era ampila y con fachada antigua, pupitres de madera, pizzarrón de color verde opaco, con grandes ventanales en forma vertical y olía como si hubiese estado cerrada por meses, a pesar de ser una de las mejores universidades he de admitir que la estructura era bastante antigua.
La mitad del salón se encontraba llena pero todos dispersados en sus diferentes grupos, yo en cambio fui a tomar asiento junto al ventanal en la ante última fila y me dispuse a sacar mis materiales a medida que llegaba la hora de entrada el salón se fue llenando, la razón por la cual todos tenían alguien con quien estar y yo no es que era nueva y cuando digo nueva me refiero a que la semana pasada me había mudado a esta ciudad en donde me conseguí un departamento en el cual vivía sola con mi preciada soledad, luego de unos minutos más la maestra Kim entro en la sala con una presencia imponente y tenebrosa.
-Buenos días estudiantes, soy la maestra Kim para los que no me conocen, como ya saben estamos comenzando un nuevo semestre y tengo mis expectativas puesta en ustedes para los nuevos proyectos que se vienen- término su discurso de manera agradable y con clase. Comenzó a escribir el cronograma que llevaríamos en el semestre cundo se escucharon tres toques en la puerta, dicha puerta fue abierta por un chico alto,esbelto y con mucha clase al caminar pero tan serio como si todo le valiera madre.
-Disculpe mi tardanza señora Kim, no volverá a ocurrir- dijo con la excepción más sería que había busto hasta ahora, ni siquiera se mostraba arrepentido por llegar tarde.
-No hay problema joven Berardi- respondió la maestra igual de seria.
El chico de mirada implacable tomó asiento frente mío, sería interesante tenerlo ahí, porque he de admitir que el chico era bello y además tenía algo que lo hacia un tanto diferente al resto.

     
 

Only fools fall for youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora