04🐈

3.6K 560 110
                                    


—Es difícil el querer aceptar que te has enamorado porque te sientes confundido, pero es necesario si no te quieres sentir confundido, va, no puedes sentirte confundido cuando ya estas confundido, porque si no lo aceptas es porque estas confundido, y eso te confunde más porque te hace confundirte sobre el porqué del que estas confundido y ya estoy más confundido... bueno, supongo que... ya, dije que no. ¿Lo notas?, ¡esto es mucha confusión! olvidémoslo — Exclamó exhausto de tanto hablar —*Jae... ¡No me ignores! — Se quejó

El pequeño gato mordía la orilla de un cojín mientras meneaba tranquilamente su cola de un lado a otro con una danza tremendamente despreocupada.

—No debí nombrarte así... me he dado cuenta que de respeto no tienes nada. — Suspiró sintiéndose patético, pues llevaba más de una hora hablando con un gato que solo se movía de rincón en rincón, gruñendo y ronroneando sin prestarle la mínima atención.

La puerta fue golpeada suavemente distrayéndolo de su problema.

— ¿Qué sucede? — Poniéndose de pie caminó arrastrando los pies sobre la alfombra de su habitación.

—Mark, Chan quiere hablar contigo. — Una dulce voz resonó en el pasillo

Suspiró sin saber que hacer o decir. En realidad quería hablar con su amigo, pues tenían más de dos meses que había cortado cualquier tipo de contacto, pero por otra parte no quería continuar evitándolo.

—Dile que no estoy... no, mejor cuelga y ya. No quiero hablar con él en...

—Hijo...— Su madre interrumpió y abrió lentamente la puerta por completo, dejó mostrar el triste rostro del otro chico.

—No es bueno que los amigos estén peleados. Por favor soluciónenlo. — Mark sonrió amargamente. ¡Es que no lo quería como un amigo!, pero tampoco quería, no podía aceptarlo. — Es mejor. — Su madre sonrió y rápidamente bajó corriendo de nuevo a la cocina, su esposo gritaba por su ayuda, ninguno era bueno cocinando.

Pasaron de pie algunos minutos llenos de un gran e incómodo silencio.

HaeChan había planeado horas antes lo que quería decir, sin embargo, una vez cerca del rubio, todo fue olvidado.

Jae se paseaba por la habitación mientras restregaba la mitad de su cuerpo por la pared y la cama. Mark lo observó sin expresión alguna, pero lo reprendía imaginariamente.

—...— Nervioso intentó enfocar los ojos contrarios.

—Uh... ¿Qué ocurre? — Fingiendo que no le importaba en lo mínimo su presencia, caminó en dirección donde su gato para tomarlo entre sus brazos y evitar al contario.

El menor no respondió, vaciló sus palabras intentando recordar una vez más lo que diría, pero no lo logró.

— Chan, ¿Quieres jugar? —Sonrió repentinamente dejando al gato sobre la cama. —Bastante tiempo que no lo hacemos — Señaló su intacta consola. —Ven... — Tomó la pequeña muñeca del castaño, pues no respondió; solo miraba confundido la actitud de su mayor.

No quería ni poda evitar más a HaeChan, así que pensando en recuperar... bueno, recuperar no podría, pero intentaría pasar más tiempo juntos.





INMARCESIBLEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora