Capítulo 3

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Hasta ahora, nunca había esperado tanto la llegada de un nuevo mañana.

Desaparecer, convertirme en polvo, pensamientos destructivos se alojaron en mi mente como cuervos hambrientos; como quiera, todo apuntaba a una sola dirección, acabar con mi vida era la elección decisiva, eso o seguir condenado al arrepentimiento y a la desesperación acumulada de hace años, sumando que desconocía el día en que volvería a perder los sentidos, mis emociones eran como piedras lanzadas al vacío, por más insignificantes que pudieran parecer, provocaban mucho ruido, nadie sabía que podían romper a su paso, ni la fuerza con la que habían sido arrojadas.

Estaba decidido a romper todos mis compromisos con el mundo, sin embargo, un encuentro bastante salvaje con alguien me detuvo por completo. Una persona como cualquier otra que se convirtió en algo más que especial para mí, me regaló más que un sentido, me regresó al vientre y me obsequió una nueva forma, volví a nacer.

Él era la sangre que bombeaba y recorría mi cuerpo, el suspiro, mi ritmo, él era muchas cosas que aún no comprendía.

Anoche rogué porque mañana pudiera abrir los ojos, mirar el sol acaparar mi ventana, también rogué por tener la facultad de levantarme con mis pies y caminar, debía alcanzarlo en un sitio y a una hora, esa era mi meta, mi mayor ilusión, la necesidad de verlo, estrujarlo en mis brazos, aún si no tuviese el atrevimiento, pero sabía mejor que nadie, que si yo no podía hacerlo él lo haría por mí, eso era más que suficiente para sentirme dichoso.

El día anterior posterior a mi propuesta, ¿qué haremos?, ¿a dónde iremos? ¿me permitirá tomar su mano? ¿cuántas veces probaré sus labios?, esas y un sinfín de preguntas más ocuparon mi mente, mi raciocinio algo aturdido se aventuraba a realizar apuestas enormes y eso estaba bien, me sentía vivo, cuerdo, pero también la preocupación vagaba, cruzándose entre la línea del positivismo y la realidad; el miedo iba a la cabeza, debía ser cauteloso, si le diera rienda a mis impulsos, si le quitara la atadura a aquella bestia y tomara el control, no sé qué pasaría, tal vez yo ¡¿lo atacaría?! No lo sé pero, esto no es un "romance puro" de algún drama barato, soy más que consciente de que deseo más que un simple beso o abrazo, lo comprendo y acepto; cuando su presencia y tacto invaden mi espacio, la piel me arde.

Sé que es inapropiado, pero debo hacerlo, tratar de entenderlo más de lo que ya lo hago. Ese instinto revoltoso que me llama con urgencia, me exige a gritos que lo deje salir, pero no debo permitirlo o lo destrozará, no quiero ver morir a alguien más, no quiero dañar lo más valioso para mí, por esa razón debo matarme, más bien, debo matarlo a él...

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Corría como un demente, esa maldita mujer, no le costaba nada aceptar los trabajos y largarse, ah no, quería que pasáramos uno por uno y le otorgáramos un pequeño resumen y nuestra conclusión, estoy en medio de la lista y algunos se tomaron su tiempo; por eso ahora me encuentro corriendo como si mi vida dependiera de ello, era la primera vez que saldría con Levi, y no llegaría tarde...

-Llegas tarde.- Dijo en tono severo. Con brazos cruzados y en postura firme, mi amado me observaba desde arriba, aunque yo era mucho más alto que él, en ese momento me encontraba agachado, hacía turnos para toser y jadear.- Mírate, estás todo sudoroso como un cerdo.-

-Ahhh, lo, ahh, lo s-siento tan-to...- Después de darme unos minutos para recuperar el aliento, logré recomponer mi postura, fue ahí donde lo pude ver con claridad, Levi traía puestos unos pantalones negros muy pegados y una camisa de mangas largas de botones, la traía lo suficientemente abierta para regalarme la vista de su clavícula adornada por su inmaculada piel, se veía elegante y sexy, y desde un principio no pase desapercibido ese aroma dulce que emanaba, moría de ganas por...

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⏰ Última actualización: Dec 29, 2017 ⏰

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El placer de lo frágilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora