Capítulo 2

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 Advertencia: Eren narra...

Me encontraba en medio de la profunda oscuridad, un sinfín de pensamientos me recorre, sentimientos negativos, miedos, dudas, dolor y todo aquello que me hace débil, la asfixia me agota, quiero tirar lo toalla, caer y sumergirme en lo más hondo del abismo, no importaba cuánto luchara, todos mis fracasos me aplastaban como grava, cortándome y desgarrando todo a su paso; ese día era el fin, terminaría con mi desdicha, no había motivos para seguir respirando...como si todo este tiempo hubiera mirado solo lo que está por debajo de mis pies, caminando sin control y sin un rumbo llegué a una tienda, ni siquiera sé porqué lo hice ¡oh cierto! tenía sed, creo que una botella de agua le vendría bien a mi pronto putrefacto cuerpo, moriría saciado; quise reírme de mi pésimo chiste pero no tenía caso...

-¿Eso es todo?-

-...- Para los demás nunca tuve un buen sentido del humor y no estaban equivocados...

-¿Algo más que se le pueda ofrecer?-

-...- Ni siquiera yo quería escucharme, no vale la pena darle atención a un ser tan miserable...

-Tks, así que solo eso quiere...Son $6.00-

-...- Soy un asco, una mierda, una...

-¡Oye te estoy hablando...!- Eso fue... ¿una voz quejosa?- ¡OYE IDIOTA, NO ESTOY PARA TUS ESTÚPIDOS JUEGOS! ¡¿VAS A PAGAR ESTA MIERDA O NO?! – Todos mis pensamientos se cortaron en un instante, sentí un fuerte agarre a mi camisa, espera ¿estoy suspendido en el aire?- ¡Tus estúpidos trucos de asaltos no sirven! ¡LARGO!- Mi cuerpo fue lanzado hacia atrás contra el piso, el duro golpe despertó completamente mis sentidos, por primera vez en mucho tiempo alcé la cabeza...

Como cada mañana me alisto para asistir a las dos primeras asignaturas, me cuesta mucho trabajo levantarme temprano, aún si el despertador suena como loco es inevitable ignorarlo, o bien, apagarlo y quedarme de nuevo dormido, ya saben el típico "cinco minutos más", hoy podría ser unos de esos día, claro si no tuviera una motivación.

-Llegas temprano mocoso.- Recargado en el cristal se encontraba la persona más hermosa y galante que jamás conocí en mi vida, apoyado con sus brazos desnudos con su característico color lechoso, su rostro como el de una muñeca haciendo contraste con los grisáceos ojos que me observaban aburridos, la sonrisa coqueta plasmada por debajo, todo él era una masa de temblores para mi cuerpo, mis labios luchaban por articular las frases exactas pero, esa característica aura tan frágil pero salvaje que lo envolvía me nublaban todos los sentidos, mis palabras sólo podían salir entrecortadas.

-Hola. E-Eso es...me sacaron a-antes.-

-Ya veo. ¿Vienes por lo de siempre?-

-Ah, s-sí...- Levi gesta un sonrisa socarrona provocándole un respingo a mi espalda.

-Creía que tu extraña rutina de comprar lo mismo todos los días sólo era para verme.-

-¿Eh? S-Sí, bueno, es un poco difícil...aún no sé cómo debería actuar.-

-¿Dónde quedó toda esa seguridad del otro día? Te mirabas tan determinado...considero que ya no es necesario hacerlo, puedes verme de frente todo lo que quieras, te lo permito.- Por un segundo, mi mente lo quise tomar con doble sentido, soy de lo peor.- Pero a menos que ¿te pongo muy nervioso?-

-...Un p-poco.-

-Oye, tengo otra incógnita mucho mayor.- Lo miro con atención.-De casualidad ¿tienes deficiencias en el habla? Es que tartamudeas demasiado –

-No...E-Eso es...no puedo evitarlo, lo siento, cuando te veo me pongo en blanco y siento que mis sentidos se cierran y yo... ¿te molesta? E-En serio, lo siento mucho.-De la vergüenza agache ligeramente la cabeza, lo que menos quería era verlo fijamente, sin embargo, mis ojos se encontraban reacios, no deseaban perderse la sorpresa acentuada en su rostro, mi cuerpo anhela conocer todas sus expresiones, era un capricho inevitable.

El placer de lo frágilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora