"¿Dónde quedó mi aliento?" Me dije en mis interiores, "¿Que rayos había sucedido con mi compostura?". Miles de cosas pasaban por mi mente de tal manera que no lograba decidir que hacer para disimularlo. "No es el momento para perderme en mí mismo" me repetí mil veces.
-Mae, ¿Qué le pasa? - me interrumpió mi profesor de música, con su típico lenguaje informal ya conocido por todos los estudiantes, sacándome momentáneamente de mi "leve" parálisis. -No es tiempo de que se me pierda mae, las demás presentaciones fueron súper relajadas, su pieza tiene que darle ritmo al evento.
No, en ese instante no tenía mente para otra cosa, mis ojos se posaron nuevamente en ese punto, ninguna parte de mi cuerpo quería reaccionar de forma contraria a lo que realmente deseaba, no podía apartar mi mirada y apartarla era lo que menos quería en el mundo.Julio de 2014, aproximadamente las siete menos cinco minutos de la mañana, me encontraba recostado en las mayas del colegio público al que llevaba ya casi 4 años asistiendo, pintura vieja y metal desgastado era lo que sobresalía de ella en los casi doscientos metros de alambrado solo en el ala oeste. Cientos de estudiantes se abarrotaban en la entrada de la esquina suroeste para no entrar después de las siete de la mañana a clases con una notificación para los respectivos padres de familia de llegada tardía por parte del mismísimo director de la institución. "Me alegra llevarme bien con él" pensé mirando como los estudiantes venían de diferentes direcciones de la calle para avalanzarse sobre la entrada como si fuesen medallistas olímpicos.
Nunca me consideré un estudiante "normal", aunque apesar de ello cualquier otro dia habría entrado al igual que el resto al colegio, pero no, para mi suerte hoy yo no sería uno de ellos, ese no era un día cualquiera, no pensaba entrar a tragarme nueve horas seguidas de lecturas y matemáticas como la mayor parte de los estudiantes.
-¿Listo, mae? -Preguntó Sebastián, mi profesor de música, al bajarse del auto y cerrar la puerta casi brutalmente.
El FEA o mejor llamado, y menos prestado para burlas, Festival Estudiantil de las Artes es una actividad organizada por el Ministerio de Educación Pública de Costa Rica para que de cierta forma, porque de igual manera suelen poner temáticas y no da los jóvenes libre expresión, se le permita a los estudiantes abrirse artisticamente y, con mucha suerte, presentarse a nivel nacional.
Ese día era mi día, era hora de dar cara una vez más y esta vez no sería fácil, había pasado a la etapa regional y si ganaba podría ir a nacionales, pero mi entusiasmo era tan grande como mis nervios, estar en ese punto implicaba estar tan cerca como tan lejos de mi objetivo, significaba enfrentarme a los mejores de la provincia en mi categoria, que era solista popular. "Sin nervios, campeón." Escuché decir a una voz en mi, no sabía que mi consciencia fuese tan optimista, pero tenia razón, debía estar relajado y preparado.
-Mae, ¿Por qué sos tan distraido?, Montate al carro.
Me suele pasar, me meto en mí mismo y nadie me saca, pero no era hora de eso, ya Sebastián me estaba esperando en el carro con el motor encendido, corrí al asiento de co-piloto, casi sin haber terminado de montarme ya el carro iba en movimiento.
"Eres, lo que más quiero en este mundo, eso eres". Repasaba mentalmente la canción que tantas veces había practicado en guitarra y cantado. "Podría casi jurar que después de este año no volveré a escuchar, tocar o siquiera tararear esta canción" me dije en mi ser.
"Mi pensamiento más profundo también eres".
"Irremediable, la tengo pegada".Levanté mi cabeza y entendí que Costa Rica tendría muy pocos lugares así, Lincoln High School, lo único en lo que pensé al inicio era en la cantidad de dinero que debían pagar los padres de familia como mensualidad en ese colegio, definitivamente era como estar entrando a un típico instituto de película gringa.
"Y nosotros tenemos nuestras goteras y pizzarras manchadas".Decidí bajar del auto antes y esperar a Sebastián en la entrada del edificio principal mientras él ubicaba un lugar para estacionar el auto. Bajé del vehiculo con la guitarra electroacústica y me disponía a caminar hacia las puertas cuando descubrí que algo en especial me resultaba muy agradable a la vista, divise un cabello largo y castaño muy claro entrando al colegio frente a mí, ondeando suave y delicadamente mientras se abría paso por la entrada del colegio hasta desaparecer de mi vista. Fue como ver al sol directamente, un sol que miraría por años sin cansarme, me quedé de pie justo donde me había bajado del auto, pensando en ese deslumbrante cabello. "Es sólo cabello" decía un "yo" en mi cabeza, "Pero es un hermoso cabello" decía otro "yo" dando saltos y aplausos de la emoción.
-"Debe ser preciosa"
-"Venimos a presentarnos, no ha conseguir novia, además, ¿Cómo puedes saber que lo es sólo por su cabello?"-exclamaba el primer "yo" en mi cabeza.
-"Debe serlo, lo sé"-respondía el segundo yo.
Se estaba armando un debate en mi ser por una cabellera, el día no pudo iniciar de una forma más extraña, pero, ¿Por qué sentía tanta inquietud de repente?, ¿Por qué sentía tanta ansiedad? Sólo era cabello, ¿O lo que sentía era señal de algo más?
"Suficiente de esto por ahora" me dije.
Me libré de mis pensamientos y me encaminé a la que ahora era una cola de estudiantes de diferentes centros educativos para entrar en la institución.
"¿Cuánto tiempo estuve pensando en ese condenado cabello?"
No lo sabía, pero deseaba verla de frente, sólo había visto su cabello y ya sentía que me volvía loco sin razón aparente, no sabía como, pero sentía dos cosas, que ese día iba a tener más repercusiones a futuro de las que imaginaba fuesen buenas o malas, y que conocer a esa chica no sería como conocer a cualquier otra.