El copiador

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Se abre la puerta y se asoma la cabeza de un joven.

— Giovanni ya esta el desayuno— Anunció  Manuel.

— Ya voy...— Contestó Giovanni.


Mi nombre es Giovanni, tengo 20 años, y lo que yo hago es copiar.
Si, como escuchaste, yo copio habilidades pero no hablo solo de los poderes hablo de todo lo que puedas hacer.
Pongamos un ejemplo: tu puedes hacer una pirueta y yo no. Solo tengo que tocarte y tener en mente como funciona y listo, ¿fácil verdad?, pues no, porque tengo que tocarlo mucho, manosearlo, para ser exactos y en este mundo es difícil que alguien te deje que lo toques.

Aqui en el instituto o lo que sea, se suponen que nos van a ayudar a controlar nuestras habilidades, pero se pasan el tiempo estudiando nuestros cuerpos, lo único que hacemos es comer, dormir y aburrirnos.

Es la hora del desayuno, por lo menos la comida es la mejor, siempre es deliciosa y balanceada, ojala pudiera agradecer como es debido al cocinero.
Todos nos sentamos en la misma mesa y comenzamos una pequeña y forzada conversación.

— Esta muy solo, quisiera que más personas llegasen— Comento un tanto desanimada Lisy.

— Si, más mujeres, aquí solo están estos dos y la rara— Respondió Marisol.

— Te olvidas de Alice, ella también es mujer— Contesto Manuel— ...¿Qué? ¿Por qué me ven de esa forma? ¿No me digan que no sabían que el cocinero es Alice?

— ¿Ella entro con nosotros cuando nos trajeron?, ¿Por qué no la vimos? ¿Tú la viste?— Cuestiono Marisol.

— Si y no, ella usa su habilidad constantemente pero ha dejado varios indicios de que esta con nosotros y que es mujer— Contestó Manuel.

— Yo también la conozco, habla conmigo en las noches pero, nunca la he visto— Comento Lisy.

Estuve a punto de declarar que todos mis compañeros estan locos pero, sentí un toque en mi hombro, mire y no había nadie ¿Qué fue eso? ¿No será un fantas...? casi digo fantasma pero antes de hacerlo una joven aparece frente a nosotros y aunque casi me cago del miedo me relajé al ver que es una joven muy bonita.

— Solo quiero decir, muchas gracias por las comidas tan ricas que nos haces— Agradecí.

Ella solo se cubrió la cara con las manos y se marcho... creo.

— Te gustó, ¿Verdad niño?, las rubias de pechos grandes les encantan a los hombres, mira la cara de ese baboso.— Comento Marisol molesta.

— Las prefiero más que a ti Marisol— Respondió Manuel.

— Tengo lo mío, no pueden resistir mis encantos, menos los niños como Giovanni que antes de entrar aquí se la pasaban viendo personajes ficticios y tocándose— Contestó Marisol.

— Eso no es verdad, no me llames niño, solo soy un año menor es todo— Me defendí

— Tendrías que demostrarlo niño— Dijo Marisol mientras me tocaba la entrepierna, yo solo volteé a verla con una sonrisa de sorpresa.

— ¿Decías?— Le sonreí.

En ese momento una corriente eléctrica paso por mis bolas haciéndome gritar.

Super Poderes Y Sexo (S.P.S)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora