Caminaba hacia casa pateando hojas secas y naranjas debido al otoño. Cuando vibró mi celular en el bolsillo y eran malas noticias de un número desconocido que presentía conocer.
"Reunión para el proyecto de fin de mes en mi casa dentro de dos horas. Puntuales, por favor."
Debajo había una dirección de lo que sería su casa. No podía ser alguien más que émelie, la encargada de mi grupo de estadística de la universidad, ella dijo que nos escribiría. Al entrar a casa lo primero que hice fue detectar esa conocida nota rosa fosforescente en la nevera, ésta decía con letra casi ilegible que le tocaba hacer turno todo el día en el hospital y que había dinero para la comida en el pequeño jarrón sobre la encimera, firmando mamá al final.
Resoplé y subí a mi habitación, me dejé caer sobre mi cama, sólo para pararme segundos después y ducharme. Tomé el dinero y fui hacia la parada del autobús, cuando este me dejó en el barrio donde vivía émelie supe que tenía dinero la chica, pues todas las casas no eran casas sino mansiones. Caminé despacio y sin ganas pues sabía que tenía tiempo de sobra, aunque no me importaba llegar tarde.
Fui el primero en llegar y el último en irme. Cuando estaba saliendo ya había oscurecido, entonces el padre de ella se decidió a llevarme a lo que negué, pero émelie me rogó con la mirada que aceptara entonces me resigné. Mientras esperábamos a su padre en el porche, ella empezó a hablar de diversos temas que prefería ignorar pues me parecía aburrido hablar de la universidad.
- Seguro te aburro.- Fue ahí cuando la mire a sus ojos mieles. Apartando la mirada rápidamente respondí un "no" cortante. No quería sonar tan duro pero esa era mi forma de ser. Luego de eso me preguntó que cuál era mi arte. La miré fijamente por un largo momento, me pareció raro que preguntara algo como eso, ella se sintió incómoda y miró a otra parte.
- Escribo.- dije aún a la defensiva y es que me sentía amenazado por sus ojos mieles dulces y sus suaves y amistosas palabras.
- Eso es emocionante, ojalá y supiera hacer algo. No tengo arte en mis venas.- dijo.
Pero cuando la observé, noté que ella era arte.
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émelie.
Short StoryMi rosa. "Ella era la rosa más bella de mi jardín, tal vez y solo era porque era la única flor entre tanta cizaña." "Sé como una rosa que crece entre la cizaña y con espinas para que nadie la lastime quitándole su belleza."