En media hora he visto salir a más de 79 personas ¿cual de todas peor? esa es la pregunta que no me puedo responder.
Sus miradas dan ganas de llorar, sus pasos firmes que se quiebran me pone nerviosa.La señora del frente que no deja de mirar la rampa me está poniendo histérica ¿Qué espera la señora? ¿Acaso la cura bajará la rampa o solo la mira porque quiere salir corriendo? Tengo ganas de pedirle que mire por la ventana, porque su mirada no se aleja de la rampa y del piso -"¿Señora que piensa?"- tengo ganas de decirle. Y hablando de desesperación su jugueteo de dedos ¡vaya que si es desesperante! Tiene un esmalte rojo que tira más a rosado que a rojo, acaricia el piso con sus pies como si le estuviera enseñando a tocar una melodía única a alguien.
Y mientras tanto la maldita puerta se sigue abriendo y cerrando.