Quédate, te necesito. No necesito tus abrazos, no necesito tus besos, solo tu presencia. Tu presencia es suficiente para saber que mi corazón sigue latiendo. Heridas del pasado van deteriorando las pulsaciones y a veces temo que un día el corazón esté muy debilitado para seguir con su principal función: latir. Eres mi musa en este instante y no voy a mentirte: No eres la primera persona que entra a mi corazón y tampoco serás la última, seguirán muchas. Pero en este momento eres tú. Caminar por las calles, perdiendo la noción de los pasos o metros recorridos...hablar sin parar, sabiendo que me escuchas y a la vez callarme para escuchar atentamente a lo que me cuentes de tí...compartir dulces, refrescos y comidas, así como también aliviar esas largas filas y horas de espera. Todo lo mencionado y más van construyendo un compañerismo puro, sin malas intenciones. Y me hace bien en un momento de inestabilidad o incluso vulnerabilidad. Me da un poco de calidez en este invierno que transita mi corazón.
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Corazón al micrófono
Non-FictionEl corazón toma el micrófono y expresa lo que siente, sin filtros, sin vueltas. Honesto y transparente porque no sabe mentirle ni al espejo.
