La Real Academia Española define a las facetas como "cada una de las caras de un poliedro, especialmente de un cristal o de una piedra tallada". Otra de las acepciones apunta a "cada uno de los aspectos que se pueden considerar en una persona o en una cosa".
Como personas, somos tan especiales y únicas como una piedra preciosa. Somos un diamante y como tal tenemos múltiples caras, múltiples facetas que nos conforman como personas. Depende de dónde se nos mire y cómo se nos trate, se podrá acceder a una faceta particular de nosotros.
Tiempo, es lo que se necesita para conocer más a una persona. Es también el que nos muestra de a poco las diferentes facetas que porta una persona. Poco a poco descubrimos en el otro una faceta interesante, atractiva, quizás una que no nos guste mucho, alguna que otra quedará oculta para más adelante...pero todos las tenemos y eventualmente dejamos que la luz se reflecte en cada una de ellas.
Cuando establecemos un lazo con una persona, estamos aceptando lo que vemos, lo que nos gusta y lo que no, y comprendemos al hacerlo que nosotros mismos tampoco somos perfectos y de segur alguna de nuestras facetas no le agrade mucho a la otra persona. Se trata en parte de un tire y afloje, de ceder un poco para ganar mucho.
Mi problema es que he encontrado un diamante pero no puedo decidir si lo conservo o lo descarto pues considero que una de sus facetas brilla más que el sol en el desierto. Es preciosa como ninguna y miles pagarían fortunas para tenerla. Entonces...lo conservo, ¿no? No es tan simple, pues tiene también numerosas facetas, más de una, que no brillan; por el contrario, son oscuras, opacas y si las tocas son rasposas. La faceta bella es lisa y suave, brinda una caricia al tacto. No se compara con las facetas feas. ¿Qué debo hacer? Desconozco si vale la pena una flor entre tantas espinas o si es mejor ir a caminar a otro jardín.
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Corazón al micrófono
SachbücherEl corazón toma el micrófono y expresa lo que siente, sin filtros, sin vueltas. Honesto y transparente porque no sabe mentirle ni al espejo.