Prólogo

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Harry se subio al expreso.

Escuchó de inmediato las voces emocionadas y excitadas de los cuales varios serian sus compañeros en los proximos 7 años.

Prácticamente suspiro resignado.
Le gustaba estar solo de vez en cuando, pero la vida en la masion Potter de verdad era desesperante, si no fuera por los elfos no habría resistido tanto tiempo y hasta prefería los gritos desagradables de la Sra. Walburga...Sintió un escalofrío al recordar tantas grocerias dirigidas a su persona. Por ahora agradeceria que lo hubieran aceptado en Hogwarts.

Se encaminó lentamente hasta el fondo del vagón, donde miró ambos compartimientos, uno vacío y el otro ocupado por un chico que parecía mayor que él.

Obviamente no se metería a su compartimiento, bien sabido era que los últimos compartimientos eran para los que querían paz y tranquilidad del bullicio de los del principio.

Abrió la puerta y se sentó, apoyando su lado izquierdo en la ventana mientras observaba el paisaje que se alzaba a alta velocidad ante sus ojos.
Tuvo la sensacion de ser observado, pero no le tomo mayor importancia, la gente siempre lo hacía y ya no lo incomodaba tanto como en un principio. Aunque no pudo evitar que por el rabillo, sus ojos vagaran hasta el otro compartimiento.

Los ojos del contrario brillaron en un deslizb escarlata, fue solo un momento pero Harry juro verlo. Sus miradas se cruzaron solo un instante, antes de que ambos las desviaran. Por alguna razón, sintio un poco de anticipación.

Desde su bolsillo cogió un libro para intentar olvidar el sentimiento y comenzó a leerlo, al instante una sonrisa se formo en su rostro

Enserio, no saben de lo que se pierden!
Pensó.

Para él, los libros de fantasía, ciencia ficción y aventura escrito por muggles eran simplemente los mejores, el romance no era su género preferído, pero ahí estaba, ni bueno ni malo.
No había leído muchos centrados en este género en particular, pero los pocos que habían conseguido atrapar su atención lo dejaron con un sabor amargo en la boca.

El expreso entonces se puso en marcha y Harry por primera vez desde que su carta habia llegado se sintió verdaderamente entusiasmado.

Fue en ese momento en que la puerta de su compartimiento se abrió revelando a una niña con un cabello marrón y espeso. Ella lo miró y comenzo a hablarle, bajo la mirada curiosa de Harry.
-Hola, Mi nombre es Hermione Granger, puedo sentarme contigo?-Ella estaba tratando de sonar indiferente y fría, pero era obvio que no estaba acostumbrada a usar ese tono, además su voz sonaba demasiado mandona como para que fuera glacial.

Harry le sonrió divertido antes de asentir.
-Hola, mi nombre es Harry Potter, un gusto.-Cuando ella vió la sonrisa en el rostro de Harry dejó escapar el suspiro que no notó haber sostenido.
Cerro la puerta detras de ella y se sento frente a Harry, apoyando su lado derecho en la ventana.

Él aún la observaba, curioso sobre todo y ella no se quedaba atras, además ya suponia que era lo que le causaba tanta curiosidad, era obvio.
Estuvo apunto de responder a su curiosidad, cuando él se le adelantó.

-Como entraste a Hogwarts si eres una nacida de Muggles?

-Me permitieron entrar...porque mis-
-Tus padres estan muertos.-Dijo. aunque sonó más a una afirmación.
Hermione sostuvo la mirada con Harry tratando de ocultar su sorpresa.

-Si no tienes familiares directos vivos...no hay necesidad de obliviate. No eres el único caso, pero si los mínimos y casi excepciones únicas. Además debes de poseer un nivel bastante alto de magia, porque si no...
-Me hubieran dejado en las calles a mi suerte.

Harry asintió.

-Soy un mestizo y el último Potter vivo. Es la razón por la que se me permitió asistir a Hogwarts sin mayores problemas. Ya sabes, el Dr. Grindelwald tiene muchos prejuicios hacia los mestizos y nacidos de muggles, nos odia.-Hermione le observo sin pestañar, realmente se sintió agradecida de pasar un mal rato tratando de conseguir un compartimiento hace unos minutos atras, solo para verse obligada de seguir hasta el final y encontrarse con Harry, él tampoco la tenia fácil.

-Sabes Hermione? Creó que seremos grandes amigos. Y debemos asegurarnos de conseguir los compartimientos del final durante las vacaciones.-Entonces ella río, casi parecía que Harry podía leerle la mente.
-Realmente Harry, pienso lo mismo.-Entonces ambos se rieron por lo bajo y continuaron conversando la mayor parte del viaje.

Harry Potter y el nuevo Señor OscuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora