épica; el dios del trueno.

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Con su martillo al aire,
y su cabellera andante,
con su capa sangrienta,
Thor poderoso lucía,
lanzando rayos,
luces verdes, azules y rojas,
mortales para el humano,
mortales para la oscuridad.

Vidas perdidas, 
ojos apagados,
familias derrotadas, maldad porosa,
todo con tal de salvar Asgar, la tierra prometida,
de la eterna oscuridad.
Tierra pura, habitantes blandos,
salvados por el rey,
salvados por un martillo de acero,
poderoso como el cielo, creador de oscuridad;
brillante por el bien y el mal.

Uno, dos, tres...
Incontables decesos, moldeando la muerte,
matando luz oscura, golpeando corazones,
con el martillo al aire,
y su capa sangrienta,
salvando a Asgar, de la eterna oscuridad.
Marítimas lágrimas, desastrosos sentimientos,
desastrosa batalla.
Mejillas rosadas, manos rojas, risas malvadas,
queriendo gobernar lo que no era suyo,
Thor cobrando vidas, buscando justicia,
buscando tranquilidad en su mundo.
¡Pobre mujer la de allá! Llorando por su difunto marido,
¡Lástima aquél niño! Huérfano pronto quedará,
¡Maldito aquél emperador! Que fue el que comenzó la oscuridad.

Malvado corazón, negro sin sentir,
sangre como oleaje, lagrimas como tsunami,
¡Oh, pobre de Asgar! Que pronto las ruinas lo gobernarán.
Luz apagada, oscuridad demandante,
dolorosas palabras, gritos de furia,
aburridos golpes, dolorosos ataques,
tristes familias, poderosos truenos.

Estruendo malvado, devastador,
apagó la esperanza de Asgar,
gritos de victoria, gritos de derrota,
gritos abundantes, lágrimas del rey,
sofocante sensación, poderoso cielo,
ruinas por doquier, esperanza devastada;
¡Oh, pobre Thor! Su martillo fue destrozado.

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