Nuestro Mejor Momento [OneShot 18+] [NicoMaki]

17.5

Si bien su imaginación volaba con imágenes del cuerpo de Nico, Maki temblaba mientras acercaba una de sus manos a sus piernas.

-Maki, ¿estás bien?

-¡C-Claro que estoy bien, tonta! – Su rostro era del color del tomate, y sus ojos estaban desorbitados.

-¿Qué tratas de...? – Y dejó la frase a medio terminar, hipnotizada por la cercanía de la mano de Maki a su cuerpo – ¡P-Pervertida!

-¡Yo no...! ¡Esto es normal! – Y, de un manotazo, se estampó contra Nico, haciéndola chillar de sorpresa.

"Bueno, en mi mente eso fluía mucho mejor", pensó Maki, mientras observaba a Nico en shock. "¿Debería disculparme? O hacerla sentir mejor...". Tragó saliva, y posó su mano suavemente en su pierna, en el lugar donde la había golpeado.

-Lo siento, Nico.

-No importa, pero qué... haces...

Antes de darse cuenta, Maki realizaba movimientos circulares en su pierna, cada vez más intenso y grandes. Nico se estremeció, y aquello no hizo más que darle más ganas de tocarla. De tocar su pierna, pasó a sentir todo su muslo. Aun a través de su pantalón su falda y medias largas podía sentir lo firme que era. "No podía esperar menos de la idol #1 del universo", pensó, y una idea pasó como un rayo por su cabeza. Quizás la aliviaría más si tocaba bajo la falda. Así que pausó un largo segundo que se hizo eterno para Nico, quien, aunque estaba hipnotizada por las manos de Maki, sentía vergüenza de la situación. Lo que la avergonzaba era desear más, decirle que no parara. No quería admitirlo, pero había deseado aquello durante años.

Tan rápido como pausó, Maki pasó ambas manos con decisión bajo la falda de Nico, y sintió su pulso acelerarse al notar aún más cerca la piel de Nico. Más firme, más delicado. Nico suspiraba, y Maki la miró fijamente. Pero ya no era su mirada usual, recatada e inocente. Aquello era totalmente diferente, y Nico podía sentir cómo Maki la devoraba con los ojos. "Y quizás también con otras partes", pensó estremeciéndose. No podía contenerse más.

Mientras Maki trabajaba arduamente en las piernas de Nico, ella se lanzó de nuevo contra sus labios. Ahora los sentía cálidos y húmedos al igual que los suyos. ¿Podría ser aquel momento más perfecto? Pensó Nico, observando de reojo la cama a sus espaldas e incapaz de contener un suspiro de placer. Eso provocó que Maki intensificara sus esfuerzos, y cada vez subía peligrosamente por las piernas de Nico. Pero aun así no le parecía suficiente, necesitaba más. De pronto, sentir su piel se había vuelto tan necesario como respirar, y Nico sentía lo mismo mientras devoraba la boca de su amada. Mordía sus labios y saboreaba su lengua, y aun quería más. Y, cuando Maki estuvo cerca de rozar su entrepierna, no pudo evitar soltar un gemido de placer y separarse, solo para volver a enchufarse contra el cuello de Maki. La razón le decía que fuera cauta, que no se vería bien en una doctora tener marcas, por más ligeras que fueran, en el cuello. Pero su lívido le decía que tenía derecho a marcar todo el cuerpo de Maki, era completamente suya en ese momento y quería que fuera así para siempre. Comenzó a besarla fuertemente y después a morderla, y Maki gimió de placer. No podía más, debía sentirla directamente. Con destreza y de un tirón le arrancó las medias, posiblemente rompiéndolas en el acto pero a ninguna le importó. Y tan fuerte como había sido el primer contacto sobre la falda, lo fue sobre la piel. Maki pegó sus manos a ella y recorrió con su palma y uñas el contorno de sus piernas, su mente en blanco de tanto placer. Y ese blanco se tornó en un rojo profundo cuando notó que Nico instintivamente levantaba las piernas para acercarse a ella, prácticamente acomodándose encima de Maki.

Aquello fue bueno y malo, en realidad. Ambas deseaban estar más cerca, pero también provocó que las manos de Maki se deslizaran hasta los tirantes de la ropa interior que llevaba Nico y con eso terminó de perder el control. Y el equilibrio. Cayeron de costado, con Maki recibiendo el menor castigo al terminar sobre Nico quien perdió el aire con el golpe, y aquello le devolvió un poco de cordura.