Capitulo 4: Sentimientos

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Alice aprovecho que se había levantado temprano parair al dormitorio de Erina. Hisako se dio cuenta de que esto podría ocurrir y fue corriendo, cuando llego, ahí estaba Alice frente a la puerta del dormitorio a punto de tocar el timbre.

_sabia que estabas aquí, te dije que no te acerques A Erina-Sama.

Alice se acerco a Hisako, coloco su mano en la mejilla de esta y le dice.

_yo te dije que no voy a dejar que tú te la quedes.

Hisako quito la mano de su rostro y respondio.

_ya te dije que no voy a hacer eso.

Alice sonrió y cambio el tema.

_ bueno, en realidad no vine aquí para estar con Erina, después de todo si ella quisiera estar conmigo vendría hacia mi.

_ ¿entonces que quieres?

_vine a invitar a Erina a un viaje.

_ ¿un viaje?

_uno no muy largo, es una posada con aguas termales, que se encuentra cerca de aquí.

Hisako desconfiada pregunto.

_no pensaras hacerle algo a Erina-Sama ¿verdad?

Alice se expreso sin dejar lugar a las sospechas.

_descuida eso no pasara.

Hisako la vio de reojo mientras esta pasaba a su lado, Alice se dio la vuelta y le dijo sonriendo

_ avisale a Erina, si deseas, tu también puedes venir.

_por supuesto que voy a ir.

_eso pensé... adiós.

Alice se fue, Hisako aprovecho para tocar el timbre del dormitorio de Erina, esta abrió la puerta con el rostro somnoliento.

_Erina-sama, siento haberla despertado.

_a, eres tu Hisako, no pasa nada ya estaba por levantarme, pasa.

Hisako pasó, Erina fue al baño, no demoro mucho, cuando volvió Hisako se había dormido en su cama, ella se acerco y se quedo mirándola por unos segundos mientras pensaba en aquel día.

"¿Qué habrá sido aquello?, fue un sentimiento muy extraño"

Cuando sus ojos dieron con el delicado rostro de Hisako, comenzó a sonrojarse y su mano moviéndose sola se acerco a aquella blanca piel con las mejillas brillando en un rosa pálido, cuando sus dedos tocaron su piel, Hisako se despertó y rápidamente se sentó en la cama.

_lo siento, Erina-Sama, me quede dormida en su cama.

Con una sonrisa en su rostro Erina dejo escapar un suspiro y le contesto muy amablemente.

_la que debe pedir disculpas, soy yo, siempre te hago trabajar demasiado, de verdad lo siento.

_no se preocupe por mi, yo estoy para servirle.

Erina no pudo quedarse sonriendo después de escuchar eso, seriamente miro los ojos de Hisako y le dijo.

_ no vuelvas a decir eso, claro que me preocupo, ya te lo dije antes, no puedo permitir que te enfermes por mi culpa, tienes que tomarte un descanso.

_ tiene razón.

A Hisako enseguida se le vino a la mente lo que Alice le dijo y decidió comentarlo con Erina por más que sospechara de Alice.

Degustando Un Platillo InesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora