Destinos Entrelazados [ +18] [✔]

∞ Capítulo 19: Felicidad y una fiesta inolvidable

Al oír las palabras de Glen mi cuerpo tembló como gelatina, sabía lo que significaba.

Aún excitada, solo pensaba en una cosa en la que ambos estábamos de acuerdo. Tener sexo y un buen polvo, aunque para mí sería la primera vez, sabía que estaba en buenas manos, quería que Glen me tomara por completa.

Glen busco entre sus cosas y en su chaqueta tenía un preservativo, si lo haciamos sería de modo seguro. No quería un bebe a estas alturas y eso lo sabíamos los dos muy bien.

Se lo puso con cuidado no si antes de volver acariciarme por completa una vez más, sintiendo el hormigueo y el calor que me iba a subiendo cada vez que me acariciaba, el calor inundaba cada extremidad de mi piel, y deseaba a cada segundo que pasará que me tomará de una vez.

Él retiró mis bragas por completo y quedé completamente desnuda.
Me admiro de pies a cabeza, como si fuera una joya exótica. Se lamió los labios y se los mordió de manera sensual ¡Eso me había matado!

Volvió a besarme de manera apasionada mientras acariciaba mi cabello, lentamente introdujo su miembro en mi entrada estrecha.
Cuando sentí un tirón. ¡Dios! Dolía a horrores, la sensación ardía y quemaba no pude aguantar en morderle el labio inferior y enterrar mis uñas en su espalda.

—Uh Cassy, Gatita traviesa... —Mencionó con una voz ronca—Tranquila... no apretes mucho, sólo relájate... —Me dijo con su cabello todo alborotado.

Cerré mis ojos lentamente y me acerque nuevamente en besarlo, el me acarició mis senos con suavidad para poder distraerme, pasó un par de minutos cuando poco a poco me acostumbre a la intromisión, lentamente comencé a mover mis caderas en señal de que estaba lista.

Glen se movió lentamente. Sentir que cada parte de nuestros cuerpos emanaba un calor exquisito y que sé acoplaban a la perfección. Era una sensación única e inigualable.

—Glen... Sí más... —Di un gemido en su oído haciendo que Glen, diera un gruñido de placer.

Me levantó y me llevó hacia el sofa de color negro, en el trayecto nos besábamos soltábamos gemidos que para nuestros oídos eran cantos celestiales. Sacó su miembro y se sentó en sillón.

—Ven mi gatita traviesa~ móntame

—Pues claro que te montaré eso es un hecho —Dije con una voz sensual.

Me subí hacia él, lo besé de manera desenfrenada y apasionada, haciendo en el proceso sonidos de placer por parte de ambos. El ambiente se había puesto de forma muy romántica y erótica a la vez.

Me acomodé agarrando su miembro y llevándolo hacia mi entrada, al introducirlo lentamente y sentirlo en mis cavidades internas cerré mis ojos llevándome por esa agradable sensación, di un gemido que hizo que mordiera mi labio inferior.

Al abrir mis ojos Glen me observaba detenidamente con un ligero rubor en sus mejillas, su cabello estaba más alborotado, sus labios entreabiertos y esos ojos celestes que me miraban con un deseó único.