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「 Rafaela ↷
Adaptación



 Al final, mi autorretrato fue desastroso, patético, porque no fue el verdadero. Escribí algo así nomás en el auto, a la mañana, cuando mamá me llevaba a la escuela. Una porquería y además tuve que leerlo delante de mis compañeros.

Vamos a ir leyéndolos de a poco. Y justo el primero tuve que ser yo. Ni mis compañeros ni la profesora se dieron cuenta de la estupidez que estaban escuchando. Si ni me conocen, cualquier cosa que diga de mí mismo se la pueden creer. No me animé a leer el verdadero. Tampoco sabe mi profesora que por su pedido me he puesto a escribir de mí, sin saber por qué. Se que las chicas escriben un diario, o escribían. Diario, algunos; otros, agenda. Pero a mí nunca me interesó y ahora no puedo parar. Igual, escribir me gusta desde siempre. Por eso no me costó inventar el autorretrato.

Los otros que leyeron dijeron: “soy de tal o cual equipo, me gusta tal o cual cosa”. Me veo de tan o cual manera. Pienso que..., etc., etc. ”. Asi. Creo que nadie escribió de si mismo con absoluta sinceridad. Nadie. Excepto TaeHyung, hablar de él, de lo que piensa y siente no le da nada de vergüenza. A veces me pregunto cómo siendo tan distintos podemos ser tan amigos. Creo que es porque el me acepta como soy y lo mismo hago con el. Cosa que no me pasa con demasiadas personas. El ve cosas en mi que yo no veo. Siempre me dice que valgo mucho, que tengo mucho para dar. A TaeHyung lo conocí en el preescolar. En un acto. De eso no me acuerdo bien, hay otras cosas de las que ni me acuerdo. Estábamos en un acto del preescolar, en el escenario, y yo, que no había querido actuar, corría el telón para acá y para allá. TaeHyung, que siempre quería actuar, era en ese caso el protagonista de la historia. Parado ahí en el medio, todo arreglado y pintado y con los bucles rizos castaños cayéndole sobre el rostro. Tenía que decir unas palabras. Poquitas y ahí terminaba y yo corría el telón. Y aplausos. Pero TaeHyung se quedó estático, porque se olvidó de la letra. Con los brazos pegados al cuerpo.

Desde la parte de atrás del escenario se le veía el puchero.

Yo ni me acuerdo cómo fue que se me ocurrió y le empecé a soplar. Y el dio vuelta la cara para atrás y me miró con los ojos llenos de lágrimas. Y empezó a repetir lo que yo decía y al final se acordó y terminó el solo. Y yo por lo bajo seguía diciendo la letra como para ayudarlo.

Desde el acto que somos amigos.



101017 | lula
namjin

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⏰ Última actualización: Mar 30, 2018 ⏰

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