Antes de las 11:00 am

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Todos los días debo levantarme antes del amanecer, diez minutos antes de las 6 aproximadamente, me siento, observo por un minuto mi vacía recamara, que no tiene nada mas que mi cama, me levanto y aún con mi camisón puesto empiezo a limpiar toda la casa, no importa si no estaba sucia, empezando con el comedor, barriendo y trapeando cada esquina, continuo con la sala de estar, quitándole el polvo al único ventanal que tiene toda la casa, luego la cocina, terminando empiezo a preparar el desayuno, para las 8:00 am debe estar servido para mi madre y su perro , no es difícil, siempre ella pide dos panes tostados con un poco de mantequilla y una taza de café negro, yo solo desayunare un par de huevos hervidos los cuales dejo en la estufa mientras ayudo a mi madre a alistarse para el desayuno.

Voy a la recamara de mi madre, la visto antes de llevarla al comedor, ella solo usa vestidos en tonos oscuros, también a mi me obliga a usarlos, ella dice que solo las prostitutas y mujeres fáciles usan vestidos claros, le hago una trenza con sus pocos cabellos grises y resecos, lavo su cara, incluso en medio de cada arruga y le coloco sus pendientes, estos deben de ser del mismo color del vestido que usará hoy, sujeto sus extremadamente delgados brazos para colocarla en su silla de ruedas, me pide que le pase su látigo, ese corto pero temible látigo que con solo verlo me hace temblar, con el que me golpea cuando la hago enojar, aún con miedo se lo paso y nos dirigimos al comedor, nos sigue Rolph, su molesto y odioso perro, es un perro schnauzer, de pelos negros y brillosos, y como no lo estaría si debo bañarlo cada tercer día, es demasiado pequeño, tanto que mis ansias de agarrarlo y sofocarlo son demasiadas, pero no podría, en el plato de Rolph pongo inmediatamente su comida de lata, debe ser una específicamente, de carne de res con jugo, si le doy la equivocada mi madre se enojaría, pero me pregunto si el como mi madre no se cansan de comer lo mismo todas las mañanas.

La mesa del comedor es larga, caben fácilmente 16 personas en ella, parece una mesa para fiestas familiares, los demás lugares no sirven de nada, solo somos nosotras dos y nunca festejamos nada, es de una madera oscura, casi negra, esta aquí desde antes de mi nacimiento pero gracias a que la mantengo limpia no luce tan vieja como realmente es. Siento a mi madre de un extremo, yo me dirijo al otro,  en una esquina del comedor esta el perro solo sentado, aún no prueba su alimento, ¿Le tendrá tanto miedo a mi madre como yo? son las 7:55, muero de hambre, pero aquí nadie puede desayunar antes de las 8, se me prohibe ver a mi madre a la cara durante cualquier comida, pero puedo voltear a ver el reloj, solo faltan tres minutos cuando mi madre me pregunta sin expresión alguna.

- Raquel, ¿haz limpiado el piso hoy?

- Sí madre.

- No parece, vuelve a limpiarlo antes de ir a la tienda.

- Esta bien madre.

Después de un silencio mutuo suena el reloj, inmediatamente mi madre y su perro comen, yo respiro y empiezo también, terminamos, muevo su silla de ruedas al ventanal que da a la calle, y su perro se para junto a ella, yo debo volver a trapear la casa, si no lo hago rápido me golpeará, lavo los trastes usados, incluyendo el del perro, debo empezar a alistarme para ir a la tienda a las 11:00 am, uso un vestido azul oscuro, viejo y largo, casi hasta los tobillos, unos zapatos negros viejos con agujetas, cepillo mi cabello, no tardo mucho porque lo tengo corto, de corte cuadrado arriba de los hombros, lavo mi cara, termino de alistarme a las 10:40 am, solo puedo pararme frente al reloj viendo las manecillas moverse mientras pasan los minutos, pero cuando casi es hora de irse me llega un olor desagradable, el perro ha defecado cerca de la cocina, mi madre solo golpea la punta de los dedos de su manos derecha con la silla de ruedas, para hacer ruido y darme presión, regojo lo que ha hecho Rolph y paso el trapeador rápidamente, logro terminar dos minutos antes de que el reloj marque las 11 así que me paro de nuevo a ver las manecillas y mi madre habla por segunda vez en el día.

- Raquel, hoy quiero comer pollo.

- Algún guisado en particular madre?

- Tu trabajo es pensar en eso Raquel, ¿Ni eso quieres hacer? cada día eres mas floja

- Perdón madre, preparare algo de buen sabor.

Ella nunca me voltea a ver durante la conversación, nunca me voltea a ver para nada, excepto cuando hago algo que la hace enojar, entonces pone una mirada demasiado fría que sé que significa que recibiré castigo, pero por ahora solo ve la ventana, hasta el momento puedo estar tranquila, suena el reloj y salgo de la casa rápido, casi corriendo bajo los 5 escalones que me llevan a la acera, giro a la derecha y me dirijo a la tienda para hacer las compras del dia, y así tener todo listo para la comida antes de las 2:30.

Cuando el reloj marque las 2:30Donde viven las historias. Descúbrelo ahora