Amor De Hermanos En Pecado (Editando)

capitulo #24

Llegue a casa y mis padres me esperaban para cenar llegaron mucho antes que yo solo corrí hacia ellos y los abraze muy fuerte como si no los hubiera visto en toda una vida.
— perdón mama no debí haberte tratado así — murmure aun en llanto
—no pasa nada bonita —llore con ellos juntos un rato mama bajo su mirada
— no llores bonita — me dio una sonrisa
— recuerdas que me propusiste irme unos días donde la tía lara — me puse seria
— si, que sucede  — me miro tiernamente
— es lo mejor para ti chiquita — me dio un pequeño beso en la frente
– mañana mismo nos vamos para allá  no es muy lejos — me sonrió alegre
— y la escuela — pregunte en tono bajo
—–te vendrás en autobús todos los días — recordé por un segundo todas las veces que mi padre decia que algún dia iríamos a conocer el metro de New York
— iré a empacar  —  me levante lentamente de la mesa para ascender por las escaleras

Ya en mi cuarto solo puse una poca ropa en la maleta vieja que había dejado tomas, realmente no quería pero sentía que esto me haría sentir mejor , escribí una carta  a tomas: cuando te conocí no sabia que te convertirías en una persona tan importante para mi, nunca imagine que tus labios besarían a los míos, jamas imagine que tus manos tocarían mi rostro, que tus ojos mirarían los míos, las cosas entre los dos se fueron tan rápido, todo fluyo de la mejor manera, me regalaste los mejores momentos de mi vida, eras la razón por la cual me mantenía de pie, por la cual sonreía y era feliz ¡día con día!. Pero como toda buena historia tiene un final, el nuestro llego y aunque eso no me hace feliz juro que jamas me voy arrepentir de haberte conocido, me hiciste muy feliz, gracias por todo... Te deseo lo mejor...TE AMO HERMANITO.
*****

Cada persona es un mundo distinto, de eso no hay duda. Si bien es cierto que la frase suena un poco “cliché”, todos hemos sido niños alguna vez, de eso nadie “se salva”.

Lo más probable es que nuestra infancia haya marcado en algún punto lo que somos hoy en día, dejando huellas  que continúan vigentes.

Recordar lo que fue mi infancia me ha llenado de emoción. No es que no lo haya hecho nunca, sin embargo no es algo que haga todos los días, por lo menos no tan en profundidad.

Para mí fue un momento increíble, en donde pasé muchas horas jugando con mi hermao mayor en la calle que para ese entonces era el mas guapo de el lugar, sintiendo que los permisos para ir a jugar a una pequeña cancha (la que quedaba a no más de 1 cuadra de mi casa), era como ir de  viaje a un lugar realmente lejano, para el cual no podía olvidar a mi hermano, mi único compañero.

Fueron los primeros momentos en los que sentí el rigor de un castigo por haber hecho algo malo. Los primeros momentos en los que comprendí que todo lo que hacemos genera un efecto (en nosotros o en otras personas) y que muchas de estas cosas que hacemos son perdonadas sola y únicamente porque somos niños.

Sentí por primera vez la atracción hacia una persona y probablemente nunca olvidaré el momento en que en su cumpleaños, alguien me dijo “dile que gustas de el” y no me atreví, por el simple hecho de que era mi hermano de 9 años pero había olvidado mencionar ese pequeño detalle, desde muy niños había crecido ese gusto sin embargo siempre pensé que eran tonterías de niños

En fin, creo haber sido tremendamente afortunada con una infancia plagada de momentos alegres, con muchas reuniones familiares y mucho amor, sin embargo no estuvieron ausentes las lágrimas y angustias también todas las veces que nos falto el amor de mia padres.