Prefacio

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Gracias por pasarte por estas páginas, querido lector.

Creo que para ser capaz de relatar historias de fantasía no hay que dejar de ser un niño. La ingrata adultez nos ciega de todas esas ilusiones y sueños que plagaban nuestra mente en aquellos años en que sólo nos preocupábamos de jugar, y que son la base de todo relato fantástico. Sin embargo, el paso de los años nos brinda la lógica necesaria para lograr hilvanar y darle un sentido coherente a todo eso que, cuando niños, nuestra cabeza inventaba descontroladamente.

A continuación, conocerás una odisea a la que he dedicado mucho tiempo y neuronas; una historia que llevo pensando desde hace siete años, y que hoy, por fin, después de varios storylines, varias planificaciones de hilos dramáticos y varias revisiones, sale a la luz en gloria y majestad, en esta increíble plataforma para todos aquellos que amamos escribir pero no somos expertos en literatura. O quién sabe, quizás entre nosotros hay un tremendísimo literato que no ha tenido la suerte de ser llamado por alguna editorial.

Vuelvo a agradecerte a tí por confiar en mi historia, por darte el tiempo de leerla y por dejarte encantar por sus personajes, su intriga y su viaje por una dimensión en la que todos, sin excepción, hemos estado.

Nunca dejen de jugar, nunca dejen de imaginar, nunca dejen de ser niños. Porque los soñadores de hoy seremos las grandes personas de mañana.

Orbix: La búsquedaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora