2.-Clay

401 39 10
                                    

No siempre levantarse es la mejor forma de seguir adelante. Sí. Te levantas. ¿Y qué? No te sirve de nada levantarte si los hemisferios de tu cerebro no logran conectarse de la forma que quisieras, no sirve de nada si los pedazos de tu corazón han dejado de encajar y no puedes hacer absolutamente nada para volver a reacomodarlos y devolverlos al lugar donde pertenecen.

Sé que soy un chico complicado, y tengo tantos defectos que los dedos de las manos no me alcanzan para contarlos, pero sinceramente no me creo merecer todo lo que me está pasando, también dicen por allí que las cicatrices del pasado son un tormento constante, pero la verdad es que también te enseñan a valorar lo que en su tiempo no supiste hacer, a ponerte de pie con el doble de fuerza y a darle un verdadero significado a las lágrimas que caen a medianoche sobre tu almohada cuando los recuerdos de los fantasmas de quiénes ya no están a tu lado te persiguen y te susurran al oído que todo estará bien, con un tono de voz tan jodidamente falso que incluso ni con cinco shots de tequila tu consciencia sería capaz de creerlo. 

Es lunes por la mañana, ha pasado apróximadamente un año desde que Tony me dejó esa carta bajo la rendija de mi puerta y luego desapareció de mi vida sin decir nada más. Sinceramente no lo culpo, cuando tienes una madeja de sentimientos en la cabeza y no puedes hacer nada para restaurar tu estabilidad mental lo mejor que puedes hacer es alejarte de las personas que te hacen daño. El estar perdidamente enamorado y que tu contrario no te corresponda es una de las peores maneras que puedes elegir para matarte a ti mismo, sí, la toxicidad no solamente existe en comportamientos violentos, agresiones o cualquier otro tipo de maltrato físico o psicológico que pueda poner en riesgo la integridad de una persona, la doble cara del amor es tóxica también y te escupe en la cara cuando lo único que necesitas son abrazos, una taza de chocolate caliente con malvaviscos y una persona que te escuche. Lo estaba lastimando casi imperceptiblemente, lo hería cada vez que pronunciaba el nombre de Hannah y me jugaba el papel de la víctima cuando no era el único con rupturas en las arterias del corazón. 


-Buenos días, cielo.-La voz de mi madre hace eco por el pasillo de la cocina, levanto la vista sútilmente del plato de macarrones con queso frente a mí y asiento con la cabeza en señal de saludo, sé que vigila mis pasos, también sé que tiró todas las cuchillas de afeitar y que los rastrillos que usa mi padre están escondidos en alguna parte de nuestra casa a la que maravillosamente no tengo acceso, nótese el sarcasmo implícito en la palabra "maravilloso", también nótense las comillas porque de maravilloso no tiene nada. 


-Buenos días.-Mi voz está tan apagada como de costumbre y aunque puedo presenciar como la preocupación de tener un hijo con posibles ideas suicidas y una depresión del tamaño de Rusia sobre sus hombros se filtra en los rasgos faciales de la mujer frente a mí, mi madre no se inmuta y trata de seguir su rutina con normalidad, enjabonando los platos donde supongo mi padre y ella han desayunado. 


-Creo que deberías salir un rato...-Todas las conversaciones matutinas empiezan así, duran alrededor de unos cinco minutos y siempre terminan cuando mi estado de ánimo me abofetea en el rostro y me levanto de la mesa con el ceño fruncido, maldiciendo entre dientes para no soltar un insulto que pueda herir la sensibilidad de quiénes me rodean.-Ya sabes, para que te familiarices un poco con el entorno y te distraigas un rato, es mejor que quedarte en casa todo el tiempo.- La expresión en su rostro cambia, y puedo percibir una pizca de nerviosismo curvándose en las comisuras de su boca, es hasta este momento que me doy cuenta que le he estado mirando firmemente, sin parpadear ni una sola vez y con esa cara de pocos amigos que todos los que me han dado la espalda me han obligado a usar como medida de autoprotección.-¿Clay?


-No tengo ganas.-Intervengo, la decepción de no haber obtenido una respuesta afirmativa se desliza en sus orbes, quitándoles momentáneamente el brillo que hasta hace unos segundos tenían, es algo parecido a cuando estás teniendo un día de mierda y decides irte a dormir temprano sólo para despertar al día siguiente y darte cuenta que te has encontrado con otro día aún más peor que el que ya tenías. Me duele. Sí. Por mucho que me cueste admitirlo me duele verla así, porque está sufriendo lo que únicamente yo debería sufrir, y de paso estoy arrastrando a toda mi familia dentro del abismo del que habíamos salido cuando decidimos mudarnos, dar vuelta a la página y empezar de cero en una nueva ciudad, con nuevas personas, y nuevas puertas dispuestas a abrirse. -Pero lo haré.-Los ojos vuelven a brillarle fugazmente, algo que pensé que nunca volvería a pasar dentro de sus pupilas después del incidente de Hannah y después de que decidí que no quería comer, no quería salir de mi cama y no quería hablar con otra persona que no fuera Tony, es decir, nadie, debido a que las pocas llamadas que entraron de mi antiguo móvil fueron rechazadas y semanas después cambió su número telefónico para que dejara de molestarle. 


-¡Me parece perfecto! ¿Quieres que te acompañe?-Titubea.- Sabes que no me gusta la idea de ir contigo a todos lados porque créeme que lo último que quiero es asfixiarte, pero si necesitas que vaya contigo estaré encantada de hacerlo, Clay...-Su voz vuelve a ser suave, me limito a negar con la cabeza y me levanto de un salto, acomodando la silla en el espacio que le corresponde para después ir directamente a lavar el plato con los macarrones ya fríos y aún a medio comer. 


-Estaré bien...


-¿Estás seguro?


-Sí. Estoy seguro...-La verdad es que no lo estoy, igual y a mitad del camino podría culpar a mis pensamientos intrusivos, ponerme a mitad de la calle y simplemente esperar a que un automóvil en movimiento pudiera mandarme volando a la otra cuadra. Cuestión que no pasará, por supuesto, porque a pesar de que me parece lo más idóneo ahora, traería demasiadas repercusiones en quiénes me aprecian y volvería tropezando al círculo vicioso donde me hundí junto con los Baker.  


No es necesario que sigamos hablando, tomo mi cartera, mis llaves, el nuevo móvil que mi madre me obliga a llevar a todos lados y salgo por la puerta, el aire veraniego de Manhattan me golpea las mejillas, los rayos del sol se sienten cálidos sobre mi piel, tibios pero no con la intensidad suficiente que se necesita para quemarme, la brisa se me estampa ligeramente húmeda, revolviendo los mechones de cabello que enmarcan mi frente. Una de las grandes ventajas que tiene salir a la ciudad sin que nadie te conozca ni sepa las cadenas imaginarias que llevas ancladas a los tobillos en forma de grilletes es que tienes la libertad de decidir ser quién quieras ser. Si me apetecía podía enterrar a Clay en ese mismo momento, fingir tener una vida perfecta y ser otro americano más con un futuro prometedor en una tierra de sueños y grandes anuncios luminosos en los aparadores de las tiendas. 


Centros comerciales, puestos de comida rápida, edificios que se alzan orgullosos de su imponente altura, joyerías. Sí. Así es, aquí hay de todo, pero lo primero que capta mi atención es una silueta dentro de una librería, una corazonada hace que mi pulso bombeé con más fuerza, y la sigo sin perder el compás de los pasos que me rebasan al moverse tras los estantes, nublándome el campo de visión al perder el ritmo varias veces. Tomo un ejemplar aleatorio, hojeando perezosamente las páginas y mirando con fingido interés....


Piel morena, cabello oscuro con un elegante undercut en la parte posterior de la cabeza, es todo lo que puedo notar al verle fijamente y justo cuando intento atar los cabos sueltos en mi cabeza y reconocer quién es esa persona, unos orbes marrones se posan con sorpresa sobre los míos, y no tardo ni dos segundos en recibir una descarga eléctrica en la columna vertebral. 


No necesito más pistas. El destino se ha encargado de traerme de regreso a ti tal y como lo has predicho. 


Eres tú, Tony, más radiante que nunca. 

Volvernos a encontrar (Clay x Tony)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora