¹New Blood - TVD

Cap.8 Feliz cumpleaños, Mikela

Han pasado dos semanas desde que le clavamos la daga a Elijah.

Dos semanas soportando a Katherine paseándose libremente por la mansión Salvatore, como si no tuviera una lista de crímenes en su contra. No puedo matarla... todavía. Pero eso no significa que no pueda hacerle la vida imposible de otras maneras.

Eso será otra historia.

Las cosas tomaron un giro inesperado cuando Isobel, la madre de Elena, apareció. Se la llevó, distrayéndonos lo suficiente para que Katherine pudiera escapar con la piedra lunar. Pero lo verdaderamente impactante fue lo que pasó después: Isobel se suicidó delante de Elena.

Una advertencia. Una señal de que Klaus está cerca.

Desde entonces, me he dedicado a enseñarle magia a Bonnie. Tenemos a nuestra disposición los grimorios de los brujos Martin, ahora muertos, así que al menos algo bueno salió de toda esta locura.

Hoy tengo clases de historia con Elena, Bonnie y Stefan.

Ayer estuve demasiado ocupada con Damon, así que dormí más de la cuenta. Apenas tuve tiempo de darme una ducha antes de salir corriendo al instituto.

Cuando llegué al pasillo, escuché la voz de Alaric. Ya había comenzado la clase.

Suspiré y entré como si nada.

—Buenos días —saludé, sentándome en mi asiento—. Perdón por llegar tarde, mi despertador se descompuso.

Alaric aceptó mis disculpas sin hacer demasiadas preguntas.

Pero claro, siempre hay un idiota en la clase.

—Será que Damon Salvatore no la dejó dormir —susurró uno de los graciosos del fondo.

Otro añadió con burla:

—Ella solo anda con viejos como Mason Lockwood, el tío de Tyler.

Algunos se rieron.

No me molesté en voltear. No valía la pena.

Stefan, que estaba detrás de ellos, les lanzó una mirada de advertencia antes de usar su compulsión.

—Ya, cállate, Ron. A nadie le interesa.

El tipo se quedó en silencio al instante.

—Bien. Sigamos con la clase —interrumpió Alaric, divertido—. Mikaelson, ya que estás tan interesada en la historia, dime... ¿qué tema nos tocaba hoy?

Algunos se rieron por mi llegada tardía.

Le sostuve la mirada con tranquilidad.

—Como estamos cerca del baile de décadas, iba a hablar de los años sesenta.

La clase continuó sin más interrupciones. Sin embargo, me di cuenta de algo extraño: Alaric miraba a Elena con demasiada atención. A veces, también me observaba a mí.

No le di demasiada importancia.

Cuando terminó la clase, algunos compañeros se me acercaron para preguntarme por mi fiesta de cumpleaños. Se celebraría justo antes del baile de décadas, lo que significaba doble motivo para festejar.

Les dije que sería mañana en la mansión Salvatore.

Después de historia, tuve clases de idiomas y, finalmente, literatura.

Stefan y yo éramos los únicos vampiros en la clase. Me senté a su lado y comenzamos a platicar en voz baja.

—¿Hoy todo te parece normal? —pregunté.