CAPITULO VIII - ¿EFECTOS SECUNDARIOS?

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No se ha terminado la semana, y aquí llega el capitulo, recién salido del horno. Como les había adelantado aquí Bruno hace uso de sus habilidades de lucha callejera contra un pobre tipo, que estaba en el lugar y momento equivocado y mas principalmente con el hombre equivocado.

Como la historia está contada desde el punto de vista de Bruno en primera persona hay detalles que vamos a ir conociendo a medida que él lo haga. 

Espero que les guste el capítulo y que llene sus expectativas. 

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Cuando desperté, me sentí desorientado, pero luego de unos instantes recordé todo. Enzo se había largado finalmente, mi padre había perdido la esperanza conmigo y me había internado en el loquero. Lugar donde estaba. No me sorprendieron para nada las restricciones en mis brazos, estaba atado en la cama. ¿En serio era necesario tanto? Quise convencerme que se trataba de "normas de la empresa" y no que mis seres queridos me consideraban "peligroso".

- Buenos días – estaba tan sumido en mis pensamientos que no noté a la doctora, no la conocía, pero parecía simpática, para ser una lo que era, claro - ¿Cómo se encuentra? – No entendía porque las personas hacían preguntas tan idiotas. Mi "novio" me había abandonado, y mi padre me había recluido allí ¿Cómo mierda iba a estar?

- Loco, aparentemente – al hablar sentí mi garganta lastimada. Tenía la voz ronca y cansada.

- Debería beber un poco – acercó un vaso con un sorbete para que bebiera – lentamente – así lo hice - ¿considera que podrá comportarse si le quito las restricciones? – asentí, la verdad no tenía fuerza para hacer mucho. Ella salió y a los minutos regresó con un enfermero, bastante grande. De a poco me soltó y sentí que la sangre volvía a circular por mis brazos - ¿quiere sentarse?

- Por favor – me dolía la espalda horrores. El enfermero me ayudó a incorporarme sin dejar de vigilarme ni un segundo, listo para aprisionarme si me enloquecía.

- ¿Sabe dónde se encuentra?

- En un loquero – dije con una sonrisa, la situación era tan ridícula que me causaba risa.

- Es una clínica de Salud Mental, que pertenece al Dr. Díaz Echamendi – asentí, ere obvio que me meterían en la clínica de Nicolás - ¿sabe por qué esta aquí?

- Aparentemente tuve un brote de locura, y les hice pensar a mis amigos que intenté suicidarme – me miró a los ojos.

- ¿Y no lo hizo? – preguntó.

- No lo sé ¿lo hice? ¿No es ese su trabajo? – ella anotó algo en su libreta y volvió a mirarme.

- Mi trabajo consiste en asegurar su recuperación mental, vamos a trabajar el tiempo que sea necesario para que usted vuelva a ser una persona en pleno uso de sus facultades.

- ¿Y cuánto tiempo seria eso? ¿Tengo que pasarme internado aquí, o puedo hacerlo desde mi casa? – ella sonrió dulcemente.

- El tiempo depende mucho de usted, y no es necesario completar el tratamiento aquí dentro, si su evolución es favorable, mi recomendación es de dos a tres semanas – suspire – el tiempo le vendrá bien para reflexionar, no lo vea como una imposición o un encierro, considérelo un retiro, unas vacaciones de relajación.

- Siempre quise un viaje de locos, por fin voy a cumplir mi sueño – me burlé y ella sonrió.

- El término locos es muy ofensivo señor Amaya, tratemos de no usarlo ¿sí?

MAS ALLÁ DE TODO... AMOR - Spin Off de de la Trilogía Dulce VictoriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora