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Ya era el final de día, incluso el final de la semana escolar, y próximamente sería el fin de nuestra conversación diaria. La verdad me gustaba mucho hablar contigo, parecías de ese tipo de personas que saben escuchar a los demás y no opinar al respecto, y esa misma noche lo pude confirmar.

Te estaba abriendo mi corazón, explicándote que alguien comenzaba a alborotar mi sistema nervioso y no desaparecía de mis pensamientos.

Obviamente no te dije que ese alguien, eras tu.

No era el momento.

Las cosas que nunca te dijeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora