1. Verosímil

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       6 de la mañana. Apago las tres alarmas y miro desde la cama cómo todavía no entra nada de luz por la ventana.
       Descalzo bajo la escalera con el propósito de no hacer ruido para no despertar nada. Cada paso resuena igual.
       Silencio imponente; se hace cargo de mí, y voy como títere a hacer lo mismo que hago todas las mañanas.
       Agua fría para despabilar, y otro poco a calentar para el café. Levanto la cara, y todavía no hay luz afuera.

       Una mariposa surgió en el fogón. No había ventana por la que pudiera haber entrado; casa hermética por el momento.
       Amarilla y dos puntos negros. La introversión parecía apoderarse de ella, y yo le saqué una buena foto con mis ojos.
       Chiquita ella, y mis pensamientos en aumento. El cielo se puso heroico y me salvó de la oscuridad.
       Algo se despierta, veo la luz en la puerta. Creo consciencia, y mis manos heladas agradecen el café hirviendo.

       Recuerdos fugaces; lento me van consumiendo. Y la necesidad de contarlo no disminuye. Me trago las palabras.
       5 horas de sueño. Las luces salen de su escondite, la noche ya no las cubre. Se cubre a sí misma en su miedo por ser admirada.
       Ansiedad. El nervioso y tembloroso estado de la ansiedad. ¿Qué más puedo sentir en estas épocas? ¿Qué necesito para librarme de mí?
       Más cerca de la realidad. Tiemblo y me padezco, no entiendo, pero tampoco quiero hacerlo. Sólo sé que no quiero.

       Abro los sentidos, y desaparezco.

La locura en etapasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora