Destiny (Clexa)

XV

— ¡Sueltala! ¡Te mataré! ¡Te juro que te mataré! — Gritaba Alex forcejeando sin cansancio, intentando liberarse.

— Es inútil, estás acabada. —Dijo Echo convencida. Una sonrisa llena de malicia se instauró en su rostro antes de quedar inconsciente.

El cuerpo inmóvil de la chica dejo caer todo su peso sobre Clarke, que la apartó al instante haciendo que se tumbara ruidosamente al suelo. Bellamy la había golpeado con su arma en la cabeza y ahora miraba sorprendido la escena.

— ¿Estás bien? — Dijo el chico con la respiración agitada mirando a Clarke.

La rubia asintió y Alex aprovechó la distracción para usar su fuerza contra los guerreros de Azgueda, haciendo que estos se golpearan entre sí y quedaran inconscientes. A sus espaldas los guerreros trikru seguían en una incansable lucha contra Azgueda pero parecieron no darse cuenta de que su líder ahora estaba inconsciente.

— Al parecer ellos son los que les han tomado por sorpresa. —Dijo Bellamy.

— Gracias. — Se limitó a decir Clarke, ignorando su comentario.— Has salvado mi vida.

— Para eso están los amigos ¿No? — Dijo Bellamy dedicándole una cálida sonrisa que la rubia devolvió.

Alex rompió un trozo de sus prendas y se inclinó para amarrar las muñecas de una indefensa Echo con la tela.

— Será mejor que la llevemos con nosotros. — Dijo la castaña poniéndose de pie.— Podría sernos de ayuda como rehén.

Bellamy asintió con la cabeza y se colocó a Echo sobre el hombro izquierdo.

— Ve, necesitan mi ayuda aquí. — Dijo Álex a Clarke dirigiendo su mirada a la interminable batalla.

— Estás loca si piensas que me separaré de ti. —Sentenció Clarke.

— Te prometo que estaré bien. —Dijo dirigiendo sus finos iris verdes a ella.

— Clarke, debemos irnos. — Sugirió Bellamy.

— No iré a ningún lado. — Dijo Clarke con rabia, empuñando su arma de nuevo y atinandole a dos guerreros de Azgueda que cayeron rendidos al suelo.

Algunos guerreros trikru la miraron con asombro por unos segundos y volvieron a lo suyo. La rubia volvió la mirada a su amigo antes de decir:

— Ve, limpiemos este lugar; si muestran resistencia enséñales que tenemos a Echo.

Bellamy asintió y se fue por donde vino con la chica inconciente sobre el hombro.

— ¿Ahora qué? — Preguntó Alex.

— Ahora peleamos. — Respondió la rubia, que volvió a tomar el arma entre las manos y comenzó a disparar desde su sitio, manteniendo aquella rígida postura que le facilitaba el tino.

La comandante asintió con la cabeza y desenfundó nuevamente las espadas de Lexa y se introdujo en la batalla. Cortó la garganta de uno, le rompió la rodilla a otro y después le atravesó la espada en la tráquea. Clavo sus espadas en el pecho de otro más y decapitó a uno más con ambas espadas rebanando su cuello.

Poco a poco aquel pequeño ejército de la nación del hielo fue cayendo, hasta reducirse a cero. Para cuando el último soldado cayó, Alex estaba agitada. Tenía la cara salpicada de sangre y el pecho le subía y bajaba a un ritmo veloz.

— ¿Estás bien? — Preguntó Clarke al aproximarse.

— Mejor que nunca. — Respondió dirigiéndole una cómplice sonrisa.