Sonrisas

25 1 0
                                    

Es tarde, de madrugada, para variar; Alana se echa sobre su cama arrinconada en su habitación, ha tenido una buena discusión con su madre por llegar a esa hora, aún retumban en su cabeza las palabras que dijo cuando la vio entrar -¡Sólo Dios sabrá dónde andabas metida! ¡Sólo él sabrá si te perdonará!-

-Valió la pena-, piensa, y recuerda todos los sucesos del día, mientras una sonrisa se asoma por la comisura de sus labios...

13 horas antes

Aquel chico desconocido observa detenidamente cada uno de los dibujos apenas visibles, Alana lo contempla unos segundos, su cercanía le permite oler su perfume por debajo del intenso olor a café que inunda su nariz, es dulce y embriagador, pero esa combinación de aromas comienza a marearla.

-Creo que ya debo irme.- le dijo.

-¡No! Vamos, no puedo permitir que te vayas así, después de llenar tu cuaderno de café, lo menos que puedo hacer es invitarte otro y tratar de arreglarlo.

-No, qué va, si también me has llenado a mí la ropa de café, pero está bien, que ya voy a casa a cambiármela, del cuaderno no te preocupes, no se le puede hacer nada, y eran simples garabatos... y sobre el café, déjalo, ya estaba muy frío aún así.

-No, no puedo hacerlo, de verdad, lo siento mucho, no ha sido mi intención tirarte el vaso encima, déjame que lo arregle...

-No, de verdad, no hace falta...

No le dio tiempo de terminar su oración, cuando el chico la tomó de la mano y la guió por el sendero cubierto por una fina capa de nieve. El contacto con la mano del chico le provocó cierto estremecimiento... -¡Tonterías!- pensó Alana.

Atravesaron el parque y llegaron a un lindo Focus RS azul, el chico abrió la puerta del copiloto y básicamente la empujó dentro, él se sentó al volante y comenzó a conducir al lado contrario de donde ella vivía.

-¿A dónde me llevas?- preguntó curiosa.

-A mi casa, debes de cambiarte esa ropa- dijo, subiendo la música del CD en turno.

Y así fueron camino a su casa, al ritmo de Bang Bang de David Guetta que sonaba a todo volumen, sin una idea de lo que ocurriría después...

Llegaron a un edificio de residencias, entró en el estacionamiento subterráneo y le dejó las llaves al portero, Alana salió del auto, antes de que pudiera decir cualquier cosa, la tomó de la mano -de nuevo se estremeció-, la llevó directo a uno de los dos ascensores que estaban a un lado, presionó el último botón y las puertas se cerraron. Alana estaba confundida, no sabía realmente el porqué estaba allí, sólo, le causaba intriga, curiosidad.

Subieron en silencio los 7 pisos que conformaban el edificio, no era lujoso ni tampoco muy humilde, y Alana no lo dejó pasar.

-Es lindo- dijo ella, casi al mismo tiempo que se abrían las puertas del ascensor, dejando ver un amplio pasillo con un par de sillones y una mesita, el lado izquierdo del pasillo estaba descubierto, sólo un barandal de cristal y unas masetas, dejaban apreciar la hermosa vista de la ciudad, se sentía una frescura relajante.

-Es lo mejor que pude conseguir para pagarlo junto con la universidad, el dueño del edificio fue muy bueno conmigo en realidad- respondió él con una modestia sincera -sígueme.

Alana estaba absorta por el paisaje que tenía enfrente, pero salió de su asombro para ir detrás de él. El pasillo no era muy extenso, un par de metros bastaron para llegar a un portón de metal café, el chico sacó unas llaves del bolsillo y abrió la puerta, haciéndose a un lado.

-Adelante- le dijo a Alana, mientras le lanzaba una mirada coqueta. Alana sonrió ante esos seductores ojos azules y su intento por hipnotizarla, el chico bajó la guardia, y comenzó a sonrojarse mientras una sonrisa apenada asomaba sus labios.

-Eso no es justo- dijo él, con la voz un tanto temblorosa.

-¿Qué cosa?

-Se supone que el que debería coquetear aquí, soy yo.

-Pero, si yo no he hecho nada...

-Claro que sí- dijo, mientras levantaba la mirada, clavó sus ojos en ella -sonreiste.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 06, 2014 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Invierno a tu ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora