Verdades

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El cielo envuelto en tonos grises, lloraba la pérdida del ser amado de la bella rosa. La suave lluvia apaciguó las últimas llamas que salían de los escombros, a lo que ocultaban con delicadeza las lágrimas de la doncella haciéndolas suyas.

—Mi vida se ha terminado... Ya no tiene sentido continuar en este mundo —Se lamentaba entre sollozos —Me han arrebatado lo último que me mantenía en pie... Ya no quiero... Seguir aquí...

¿En serio piensas rendirte de esa manera, pequeña tonta? —La chica levantó su mirada sumamente inquietada —Sé que lo que ha sucedido es algo terrible y realmente duro de afrontar, pero puedes tomarlo como un incentivo —Se explicaba con tono alentador la gruesa voz.

Confundida, la joven rosa se puso torpemente de pie para de ese modo encarar a la voz que hacía eco en su mente —¡¿Cómo puedes decir eso?! ¡¿Qué no ves que me han arrebatado mi única fuente de alegrías?! Mi... Mi pequeño Tails... No merecía esto, no merecemos esto... ¡Y todo porque piensan que papá y mamá son brujos! —Destilaba mucho rencor y pesar, el semblante de la doncella decaía con cada palabra.

¡Pues sí, lo son! ¡Y ellos no tienen la culpa de que todos aquellos pusilánimes aldeanos sean unos cobardes! —Tras tal declaración, ella pudo sentir cómo se desquebrajaba su corazón.

—Estás mintiendo... —Se negaba a creerlo, pero el accionar de sus padres durante todos esos años demostraba su culpabilidad —Mientes... —La huida, sus salidas nocturnas, los baños peculiares que le daban tanto a ella como a su hermano. Todo encajaba a la perfección.

Tras un suspiro pesado, la gruesa voz continuó con el consuelo —Rose... Tus padres los amaban muchísimo, a ti y a tu hermano. Es por esto por lo que prefirieron escapar —Esas palabras la calmaban de alguna manera, pero no conseguían evitar que en su corazón reinase la desconfianza —Cuando los aldeanos descubrieron con el nacimiento de Miles que tus padres poseían magia, arremetieron contra estos. Exigieron que se les entregara al bebé a cambio de no tocarles a ellos... Ni a ti. Tu padre pensó seriamente en agredir a todas esas ratas asquerosas, pero tu madre no se lo permitió, pues siendo una descendiente de los hechiceros de luz, los actos vandálicos iban en contra de sus principios —Impactada por tanta información, cayó nuevamente de rodillas.

¿Cómo fue posible, que sus padres se negaran a contarles la verdad? —Todos estos años... Tails y yo nos sentimos como bichos raros, como niños defectuosos porque todas las personas nos rechazaban... Qué infancia más injusta, ¿No te parece? —El tono de voz de la doncella denotaba ironía, cosa que confundió a la presencia varonil —Nos hubiéramos ahorrado tantas tristezas, si tan solo nos hubiéramos enterado de que sí éramos hijos herejes...

¡Ni se te ocurra volver a decir eso, Rose! —Soltó la presencia realmente alterada —¡Ustedes fueron y son un milagro! Gracias a la unión de tus padres, las comunidades mágicas pudieron establecer la paz, no solo entre ellas sino también con las entidades no mágicas. El que ustedes dos nacieran, fue un hecho histórico para todos nosotros.

Toda aquella declaración, despertó la curiosidad en ella, así que con valentía decidió cuestionarle al desconocido sobre sus orígenes y el porqué de que este supiera tanto acerca de toda esa historia —Entonces, dímelo.

Lo haré... Pero viene siendo hora de que te alejes de este sitio. Debemos ponerte a salvo, así que vuelve sobre tus pasos hasta que regreses al lago y sin más preguntas o peros, haz lo que te digo inmediatamente. Contactaré nuevamente contigo una vez llegues allí —Ordenó imponiéndose sobre la chica totalmente.

Amelia sin pensárselo mucho, se puso de pie y comenzó a caminar en dirección al lago a paso rápido. Por el camino, dejó que todo su pesar saliera de nuevo a flote al imaginarse cuanto debió haber sufrido el pequeño Miles, era una escena muy dolorosa la que se presentaba en sus pensamientos. Todo aquello era tan injusto y se sentía tan culpable —Si tan solo... Si tan solo no hubiera tardado tanto en regresar... Fui una ingenua.

Tras un rato, por fin la chica llegó a su destino.

Seca tus lágrimas... Fuiste engañada, no te debes culpar...

Ante ella, la imponente piedra que yacía al medio del lago tomo un fuerte color rojizo y de esta una sombra amorfa se materializó.

Pido una disculpa por mi brusquedad anterior, pero sentí tanta impotencia que lamentablemente no conseguí expresarme de la mejor manera...

Aterrorizada por lo que acontecía, Amelia hizo lo posible por susurrar una pregunta —¿Qué eres tú...?

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⏰ Last updated: Oct 16, 2017 ⏰

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Shadamy - The StoneWhere stories live. Discover now