Madrid

1.3K 196 9
                                    




A veces las cosas no salen como a vosotros os gustaría. En ocasiones ocurren acontecimientos esporádicos que os llevan por el camino de la vida sin dejaros disfrutar de las cosas buenas. Puede que te cruces con el amor de tu vida, que lo mires a los ojos y llegues a lo más profundo de su alma, y que tan rápido como conectes, esa persona tenga que bajarse del metro para irse a clase, o a trabajar, o a continuar con su frenética vida

También es posible que esperéis juntos, separados por pocos metros, para cruzar un paso de cebra. El hilo rojo que te une con tu alma gemela, ese dichoso cordón liado y tirante, te intenta avisar de que gires la cara para mirarle. Pero en el momento en que lo haces, la otra persona ya tiene la mirada puesta en el móvil. En esta época tecnológica y contaminante, sucia y superficial, el amor es frio. Y lo sabré yo, que lo he visto durante siglos.

Aún recuerdo esos muchachos cantándole a sus amadas sonatas bajo la ventana, o los duelos mortales por el amor de una doncella, o los paseos de protocolo al salir de las iglesias. Ay, amor, palabra más grande y mal usada hoy en día. Ay amantes, que poco sabéis de lo que es querer.

No llevo la cuenta de cuantos amores frustrados he presenciado. Uno de los más puros y de los que más me dolió fue el de una muchacha de los barrios altos y un chico del populacho. Fue en el siglo XVIII. Un amor tan potente y verdadero que los llevo a huir de mis calles, a tierras lejanas, aunque supusiera dejar todas sus vidas conmigo. Mi día se torno negro al verla a ella regresar llorosa y vistiendo el luto.

De vez en cuando presencio ese mismo encuentro de almas gemelas. Pero, ciertamente, nunca es sencillo para los dueños de esas almas el estar juntos. El siglo XXI está siendo bastante decepcionante. Nadie lucha por el amor.

Supongo que todo el amor se lo llevan Paris o Roma. Yo, Madrid, cada vez lo veo menos.

BLUE.    (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora