Él

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Tras esa afirmación por parte de la camarera, él comprende que no es una chica corriente. Cualquier otra persona le abría pedido que se marchara al cerrar, o al terminar de limpiar. Cualquier otra camarera abría estado impaciente por marcharse a su casa. Ella no. Ella entendía lo que él sentía cuando tenía un libro en la mano; cuando un libro conseguía transportarlo y transformarlo, cambiarlo, hasta tal punto que al cerrar sus cubiertas, sintiera que parte de sí mismo se había perdido y parte del libro se había quedado dentro de su persona, formando parte de él.

Él se lo acerca, arrastrándolo sobre la mesa, y ella no mira, lo revisa y lo abre.

-Venía con una cubierta — comenta él, de repente sintiendo que le estaba enseñando algo íntimo— pero siempre me gusta quitárselas y poder sentir el libro en los dedos.

-Que curioso — susurra ella — Yo hago exactamente lo mismo.

BLUE.    (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora