Adiós, mi amor

Parte 1.

"Te amaba tanto, Viktor. Tanto que haría cualquier cosa que me pidieras. Te amaba tanto. Si te amaba tanto.. ¿porqué sólo recibía migajas de tu amor?"
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Nos conocimos cuando tenía tan sólo 17 años y tú 19 años. Era un chico muy tímido y sin seguridad en mi mismo. Y tú eras tan apuesto y radiante como el sol mismo.

Aquel día fui a la facultad dónde estudiaba mi hermana Mari a llevarle un trabajo que había olvidado, tan despistada como siempre mi querida hermana. Sin embargo, me había perdido. No me esperaba que su facultad fuera tan gigantesco. Estaba tan nervioso. No sabía a dónde dirigirme y menos me atrevía a preguntar, a las personas que pasaban por allí, hacia dónde dirigirme. Miraba hacia todos los lados, esperanzado de que apareciera una solución de la nada. Conforme pasaban los minutos sentía mi corazón latir rápidamente y mis piernas empezaban a temblar frenéticamente. Estaba iniciando otra vez un ataque de pánico. Hasta que llegaste, acercándote hacia mi y con una mirada preocupada y una hermosa sonrisa, preguntándome si me encontraba bien. Con los ojos llorosos te respondí, entre tartamudeos, sobre mi situación. Fuiste tan amable por ayudarme a encontrarme con Mari y reconfortando me sin siquiera conocerme. Cuando llegó el momento de despedirnos no quise quedarme en el olvido para ti. Quería ser una persona importante en tu vida. Reuniendo todo el poco valor que se supone que tenía te llame cuando estabas alejándote de mi.

— ¡Quisiera poder mantenernos en contacto! Y.. y ser amigos. — tartamudee. Me sentía tan tonto y tan inseguro. Por qué alguien tan increíble como tú, querrías ser mi amigo siquiera.

Volteaste hacia mi y caminando de vuelta. Me respondiste con esa maldita sonrisa. Esa maldita sonrisa que sería mi perdición y el inicio hacia un abismo que todavía intento salir.

— Por supuesto. Dime, ¿cómo te llamas? — sacaste de tu mochila una hoja y un boli, escribiendo algo.
— Yo.. Yuuri Katsuki. ¿Y tú? — pregunté.
— Viktor Nikiforov, pequeño Yuuri. Toma este es mi número de contacto. Espera con impaciencia un mensaje tuyo, pequeño Yuuri. — me extendiste la hoja donde estaba tu número de móvil. Y con todos los nervios a flor de pie, lo cogí. Esperando que no te dieras cuenta de que me quede un buen rato parado. Pensando una y otra vez en cómo me llamaste. Me sonreíste por última vez y despidiéndote de mi con la mano. Te diste la vuelta, marchándote.

Y viendo tu silueta alejarse poco a poco de mi. Fue que me di cuenta de que me gustabas. Lo supe por los latidos alocados de mi corazón. Lo supe porque mi cara ardía y mis piernas temblaban como unas gelatinas. Me había enamorado. Me había enamorado perdidamente de ti, Viktor Nikiforov.

-continuará-