Undertaker [One-shots]

Broken.

–¡Estás loco!¡Roto por dentro!¡Mal de la cabeza!-

A pesar de los chillidos y los insultos undertaker no se movió ni dijo nada, se quedó quieto mirando con esos penetrantes ojos esmeralda a quien era su única compañera, mientras ella le gritaba él solo podía esperar a que terminase de soltar toda su furia puesto que no le podía negar nada de lo que ella estaba diciendo, pues no se alejaba nada de la realidad.

Ella pronto se cansó, cuando su furia llego a su punto maximo y simplemente se fue dando un gran portazo llevandose junto con ella objetos imprescindibles. Probablemente ya no volvería.

Y no, no es que a undertaker le diese igual o que no le doliese que le hubiese dicho todas esas cosas–que lo hacia– pero es que todo lo que ella había dicho y le había echado en cara era verdad y no podía debatir contra ello; Él era solo un hombre–shinigami si, pero un hombre después de todo–y no podía hacer nada en esa situación, ella había decidido permanecer a su lado todo este tiempo; sin embargo todos tenemos un límite y el de ella había llegado ese día y el nada podía hacer para que volviese, no podía obligarla a que se quedase a su lado a pesar de que sin ella él se sintiese más roto aun, sin poder respirar, sin vida, sin razón de vivir esta misma.

Undertaker no quería ver aquello que los dos tenían durar, pues sabía que no iba a hacerlo por mucho tiempo, y él no era alguien soñador, él solo quería disfrutar de aquellos instantes, por muy extraños y macabros que fuesen en los que estaban los dos solos. Quería guardar todos esos recuerdos sobre las cosas que habían pasado juntos y revivirlas mentalmente una y otra vez sin embargo sabia que si lo intentaba sus memorias se romperian junto con el y los fragmentos que quedasen se clavarían mas hondo en su corazón de lo que él quería admitir.

El era una persona inteligente y sabía que hacía muy poco, aun a pesar de que ella había permanecido a su lado, su mente y el mismo se habían quebrado del todo, ahogándose en memorias y pensamientos. Sabía que estaba solo aun con ella a su lado y si no lo estaba pronto lo estaría pues para el la vida de un humano es un suspiro y ella ya había cumplido con el plazo de casi un cuarto de su vida.

Pero además de todo esto el sabía que estaba mal de la cabeza, de lo mentalmente inestable que era y que no debía hacerle mucho caso a sus pensamientos y divagues, –sin embargo, por el mismo motivo que lo sabía, lo hacia– Que toda la fabula que se montaba en su cabeza no era real pero aún asi el se la creía demasiado.

Solo quiero su cuerpo no su corazon, es lo de lo que se intentaba autoconvencer, se lo repetía como un mantra en sus fabulas hasta creerselo aunque nunca lo hacía del todo.

Pero ella sabía como pensaba él, sabía que en el fondo el la amaba, que la quería demasiado como para retenerla a su lado y hacer que terminase tan mal como él estaba, no quería ver extinguirse esa luz de belleza y vida en esos ojos tan puros, quizá por eso ella había regresado todas las otras veces que habían discutido, a pesar de que el topico no había sido el mismo.

Estaba jodido, muy jodido en este mundo, pero no mas jodido de lo que su mente estaba y podía llegar a estar él y su mente en solitario todo el dia pensando. Quien sabe qué dios injusto había tirado los dados de su fortuna y había hecho que ella se fuese finalmente de su lado.

Le importaba que ella se hubiese ido, sin embargo como con tantas otras cosas, él no podía hacer nada, solo quería seguir su estropeado camino y poder preguntarle a la vida ¿Qué tal estas hoy? Fingiendo una sonrisa mientras su mente se pudría por dentro consumida por sus propios pensamientos y soledad, pero para él eso estaba bien, de alguna manera retorcida le gustaba, y le gustaba porque sabía que en el fondo se lo merecía.

Nunca podría volver atrás, pero aunque pudiese no iba a reciclar el pasado, no se comportaría de otra manera y solo porque creía que si lo hacía podría estar con ella de nuevo aunque los momentos fuesen minimos y volubles porque no podía superar su sonrisa, o el simple espacio entre sus sonrisas que siempre se sentía triste en mitad de aquellos besos.