Uno

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  Mirando las estrellas estaba él, pensando en cómo podría desaparecer.
Harto ya de su vida estaba, ojala y nadie de esto se enterara.
Cerró los ojos por un momento... y se imaginó que seria del mundo si él estuviera muerto.
-por favor, por favor- suplico al cielo- si es que hay alguien que me escuche, oye mi lamento.
El viento cálido suavemente soplaba, aunque eso a nuestro protagonista ni siquiera le importaba.
Con el dorso de su mano sus lágrimas seco, respiro hondo y rápido se levanto.
Emprendió el camino y bajo la cuesta, nadie sabe por qué lo martirizaba su conciencia.
Y así él siempre caminaba con la cabeza gacha, los audífonos puestos y la música bien alta. 

Poesía de un joven corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora