Capítulo: Único

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Estaba parado frente a un espejo cuerpo completo, se miraba de arriba abajo, no podía creer que este día había llegado. Dentro de unas horas se iba a casar con el que le da un vuelco el corazón.

La nostalgia llegaba, sus ojos levemente aguados con lágrimas apunto de bajar por sus mejillas con un tono leve carmesí, un traje blanco un tanto apretado yacía cubriendo su cuerpo y un ramo pequeño de flores reposaba sobre una mesa pequeña.

Los recuerdos de cuando apenas tenían 16 años, cuando eran jóvenes y experimentaban el amor juvenil, cuando no tenían preocupaciones y solo disfrutaban de su amor mutuo, cuando él decía cosas vergonzosas por lo cual en defensa propia lo golpeaba en cualquier parte haciendo uso de su quirk, cuando el calor inundaba en las noches de extremo placer, cuando veía al chico chispita hablándole de muy cerca a su novio y él mismo tenía que ir a separarlos, cuando se molestaba y su amado lo ponía alegre con una de sus bobadas que tanto amaba... Todos esos recuerdos se reproducían como si fuera una película en su mente, lentamente las lágrimas cristalinas ya corrían por sus mejillas mientras con una mano temblorosa se tapaba la boca, simplemente cerró sus ojos esbozando una leve sonrisa.

-Estúpido...- dijo mientras se tapaba la cara completamente sonrojada intentando cubrirlo además de tapar sus lágrimas.

De repente la puerta se abrió levemente dando paso a una persona un tanto baja en estatura, su mirada se dirigió enseguida a la puerta para ver quien violaba su privacidad.

-¿Kacchan?- Midoriya Izuku entró en la habitación pequeña quedando un tanto sorprendido al ver a su amigo de la infancia en ese estado.

-¿¡Quién demonios te dijo que podías pasar Deku?!- explotó como de costumbre limpiándose rápidamente las lágrimas para acercarse amenazadoramente al más bajo.

-¡A-ah! ¡P-perdón!- éste retrocedió unos pasos moviendo sus manos nerviosamente mientras de su boca salían palabras un tanto incoherentes -¡E-es solo que como ya llevabas más de media hora aquí adentro no habría problemas en ent-! ¡Argh!-.

El rubio cenizo ya había agarrado del cuello de la camisa al peli-verde elevándolo del suelo a punto de lanzarle una de sus clásicas explosiones al rostro hasta que empezaron a tocar la puerta.

-¿Deku-kun? ¿Estás ahí dentro?- la voz irreconocible de la peli-marrón sonó al otro lado de la puerta mientras los toques se hacían más fuertes.

-¡Midoriya-kun! ¿Se encuentra ahí Bakugo?- la voz de Iida tampoco se hizo esperar mientras los toques se multiplicaban.

El chico explosivo expulsó un gruñido soltando bruscamente a Midoriya, quien tosió leve viendo como su amigo se dirigía a la entrada de la habitación con leves explosiones en las palma de sus manos dispuesto a abrir la puerta y después hacerle sabrá Dios qué a sus dos mejores amigos.

-¡E-espera! ¡K-kacchan!- el pecoso, en un intento de detenerlo, le agarró del saco de su traje, pero éste rápidamente le hechó una mirada asesina.

-No te atrevas a tocarme, Deku...- volvió a elevar al recién mencionado del suelo levantando su puño izquierdo dispuesto a golpearle el rostro, el oji-verde solo cerró fuertemente los ojos esperando el golpe, pero el sonido de la puerta abriéndose le alertó observando en dirección a ésta, el rubio cenizo hizo lo mismo observando a tres personas ingresando a la habitación.

-¡Suelta a Midoriya-- la voz gruesa de Todoroki sonó en la habitación dispuesto a golpear a Bakugo si no obedecía a lo que le pedía, el chico explosivo sonrió soltando nuevamente al peli-verde haciendo que este cayera al suelo mientras tosía.

-¡Deku-kun! ¿Te encuentras bien?- Uraraka entro detrás del heterocromático corriendo hacia el mencionado con una mirada preocupada mientras le ayudaba a levantarse para la justa entrada de Iida.

La boda [Kiribaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora