Presión en mi pecho. Algo me presiona desde el vacío, desde un lugar en el que ni el más valiente y osado se asomaría...
Y es que la tristeza, el desamparo, los últimos rescoldos de esperanza propios de un lúgubre recuerdo es el peor castigo que tú mismo te puedes imponer sin darte cuenta, pues en mi caso, mi corazón reta a mi mente cada vez que se encuentran en mi consciencia.
Cada latido, respiro, entra en mí, me invade, y siento que estoy condenado a sufrir tal angustia vital que cautiva todo mi ser, y a ser consciente de ello.
Quien volviera a aquellos tiempos, aquel instante, aquella realidad ya perdida en mis más profundos deseos... empezaría desde los inicios de nuevo, desde que te vi por primera vez hasta que me di cuenta de que no podía vivir sin tenerte presente...
Me arrepentía, me arrepiento y me arrepentiré. ¿Con qué propósito? es inútil, es ley de vida, pero la satisfacción no existiría sin el arrepentimiento, no habría día sin noche, yo no sería yo sin ti.
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Diario de un enamorado
RomanceSentimientos, pureza, para aquellos tan apasionados como yo.