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Stiles se despierta la mañana del viernes con ganas de Froot Loops y con una erección. Esas dos cosas no están en absoluto relacionadas. Stiles toma una ducha para el problema más urgente. La otra lo obliga a estar sobre manos y rodillas, buscando en la parte de atrás del gabinete debajo del fregadero porque está seguro que fue allí donde los escondió. Los encuentra justo al lado de las trampas para cucarachas y el veneno de ratas, que es exactamente donde lo dejó porque su papá jamás pensaría en buscarlos ahí. Solo un idiota escondería el cereal detrás del D-Con.

Un idiota o un genio.

¿Qué? Los tiene en un Tupperware cerrado. No hay casi ninguna posibilidad de que se contaminen. Casi.

Stiles se recarga en el mostrador de la cocina mientras se come sus Froot Loops. Y tal vez comienza a bailar con música disco clásica de los 70's en su Ipod. Y tal vez ni siquiera le importa que baile como un idiota, porque no hay nadie que lo esté viendo. Su papá está en el trabajo pero Stiles se encontrará con él para el almuerzo, es el final de la semana escolar y por una vez no está frenético y cayéndose por todas partes porque llegará tarde. Todavía tiene media hora antes de ir a recoger a Scott para la escuela, y ese es tiempo suficiente para divagar por ahí con un par de videos de Youtube sobre cabras cayéndose.

Es una buena mañana.

Stiles está bastante seguro de que nada pude dañarle el estado de ánimo, ni siquiera Harris y el examen sorpresa que les dejará caer hoy en química. (Stiles tiene contactos en la sala de profesores). Ya estudió, está listo, tiene la azúcar alta y la música disco alta, y está preparado para lo que sea que el día le tenga preparado.

Es la mañana del viernes y It's Rainging Men.

Un trueno se escucha por encima de la música disco de Stiles y se quita sus audífonos.

Bueno, definitivamente está lloviendo algo.

O intentándolo con mucha fuerza. Está oscuro afuera, ¿cuándo pasó eso? Estaba soleado cuando se levantó, pero el clima ha cambiado rápido. El cielo tiene una especie de tinte verdoso que Stiles cree que es granizo. Granizo, de todas las cosas. Se pregunta si debería ver un verdadero reporte del clima en lugar de sacar la cabeza por la ventana.

De hecho, aun no puede oír la lluvia. Sin embargo sonríe ante su elección de canción idónea.

Busca las llaves del Jeep en toda su habitación.

Suena otro trueno en algún lugar en la distancia, entonces el viento se levanta y se aleja persiguiendo las nubes a lo lejos. Cuando Stiles finalmente baja de nuevo, las llaves en la mano, el día se ve soleado y brillante de nuevo.

Al parecer, todo el asunto duró solo diez minutos.

Raro.

Stiles se cuelga la mochila al hombro. Se dirige hacia la puerta delantera, aun escuchando a The Weather Girls, y casi se tropieza con algo en el porche. Se tropieza, gira, apenas logra sostenerse y termina balanceándose extrañamente en un pie, retorcido como un pretzel mientras mira hacia abajo a lo que casi le cae encima.

Santa mierda.

Hay un bebé.

Hay un bebé en el porche.

Stiles lo mira fijamente y demanda silenciosamente que tenga sentido o que desaparezca.

No hace ninguna de las dos cosas.

Por más extraño que sea, esta no es la primera vez que le pasa.

Stiles tenía seis en ese tiempo. Por una preciosa y mágica hora, había pensado que sus oraciones por un hermano o hermana menor habían sido escuchadas, pero en lugar de que sus padres le dieran la bienvenida al bebé con los brazos abiertos, llamaron a la ambulancia, al Sheriff de ese momento y a los Servicios Infantiles. Resultó después que el bebé pertenecía a una adolescente asustada que había escuchado al Oficial Stilinski dar una charla sobre la seguridad del internet en la escuela y de alguna forma había traducido eso a que sería un buen padre para su hija no nacida. Y lo hubiera sido –el papá de Stiles es el mejor-, aunque ese no es el punto.

I Know Where Babies Come From, Derek; SterekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora