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Stiles llega a la casa de Derek la mañana siguiente a las siete a.m. Un sábado. ¿Cuál es siquiera el propósito de tener las siete a.m. un sábado? Pero él ha estado despierto desde las seis y ya está bañado, vestido, se ha comido lo último de los Froot Loops para el desayuno y navegado en un montón de tiendas online por la cosa más perfecta del mundo. ¿Entonces qué más le queda a excepción de ir a donde Derek y ver a Claude?

Derek está medio dormido cuando abre la puerta de su loft— Entra —dice, aunque es más un bostezo que nada.

El loft es grande. Es de Derek, así que casi no está amueblado. Tiene el techo alto y cuenta con una pared de ventanas al final del gran espacio. ¿Existe la elegancia industrial? Stiles casi lo describiría como un estilo de New York si no, ya saben, si no estuvieran en Beacon Hills.

En la esquina hay una cuna. De pie en la cuna, rebotando con sus pequeñas piernas regordetas, está Claude— ¡Buh! ¡Buh!

— ¡Hey, Claude! —Stiles le sonríe y sigue a Derek hasta la cuna.

—Cocina —dice Derek haciendo gestos hacia el espacio—. Baño —apunta hacia las escaleras en espiral de metal ascendiendo al segundo piso—. Y mi cuarto.

Stiles mira a las escaleras, su estómago encogiéndose en nudos. Entre menos piense en el cuarto de Derek, mejor.

Por supuesto que Derek mal entiende su mirada— ¡No la dejé sola anoche! Dormí aquí abajo en el colchón.

¿Muy a la defensiva?

—Amigo, no te estoy juzgando —Stiles se acerca a la cuna y extiende los brazos para Claude. La levanta—. ¿Dormiste bien, Claude?

Derek resopla.

—Aparentemente, Derek no es una persona de mañanas —Stiles le dice y ella le sonríe de vuelta.

—Derek va a hacer café —murmura Derek y deambula hacia la cocina.

Stiles lo sigue con Claude en su cadera— ¿Hey, Derek?

Está jugando con la cafetera. Gruñe y Stiles lo toma como una respuesta.

—Así que, ¿recuerdas cuando dijiste que ibas a conseguir un móvil hoy?

Derek se gira para mirarlo, apoyándose en el mostrador— ¿Sí?

Stiles desliza su teléfono fuera del bolsillo— Bueno, tal vez los estuve mirando online, ¡y mira esto!

Es un . Bueno, es un móvil de Caperucita Roja, pero el lobo es lindo y no todo endemoniado. Porque a su bebé mitad lobo no le restregaran propaganda medieval anti-lobos en la cara. El lobo en este móvil es lindo y lleno de pelo, y se ve como la clase de lobo con el que te diviertes mientras te persigue y te atrapa.

Derek frunce el ceño a la pantalla de su teléfono.

—Así que, si lo ordeno ahora, llegará el lunes —Stiles arruga la nariz—. A menos que creas que lo necesita hoy. O creas que este es raro.

Derek levanta la mirada. Sus ojos son brillantes. ¿Cómo es que Stiles no lo había notado antes?— Me gusta este.

Un calor se esparce a través de su cuerpo— Okey. Yo, um, ordenaré este.

— ¿Quieres usar mi tarjeta de crédito?

Stiles aprieta el agarre en su teléfono— No, está bien.

Probablemente es estúpido, pero quiere conseguirle algo a Claude con su propio dinero. Que le jodan a todo, él solo quiere agarrarse del pequeño orgullo que tiene para al menos decirse a sí mismo que Derek no pagó por todo. A pesar de que el móvil apenas sea una gota en el océano de la ruina financiera que será Claude. No es como si sesenta dólares destruyeran su fondo para la universidad. Aunque sí que dejará más que una huella de lo que está dispuesto a admitir.

I Know Where Babies Come From, Derek; SterekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora