Sus manos recorrieron toda mi espalda, casi como fuego. Su bocs aún seguia en la mia y parecia imposible escapar de él.
No se cuando, pero de un momento a otro, entró.
Su cintura se movió cada vez mas rapido. Los gemidos no tardaron en llegar y cuando estaba en el borde del climax.... cayó dormido.
Me le quedé mirando unos segundos. Su clavicula, lisa, sexy y muy voluntuosa, se movia de a segundos.
Se habia dormido....¡En medio de todo!
De puro rencor, me heché en mi propia cama y me dormí, medio desnudo y con Trudeau aún atrás de mi.