Ubicado en el universo de mi fic "Chocolate", esta historia de 4 capítulos, 1 por día, se sitúa entre el capítulo final del fic y el epílogo. Tomando como referencia los tres días más conocidos en el mundo dedicados a aquellos que ya cruzaron el vel...
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—Harry, no. No pienso hacerlo—.
—Pero Sev... —.
—Nada de "pero Sev", he dicho que no—.
—Pero... es Halloween—.
—Harry, no me voy a poner un disfraz para ir a pedir dulces, además ambos somos adultos, nadie nos va a dar dulces—.
—Pero podemos salir a pasear disfrazados y repartir algunos dulces—.
—Mi respuesta sigue siendo no—.
—Bien, entonces iré yo solo a pedir los dulces—.
Harry se fue azotando la puerta y Severus se quedó pensando una vez más del porqué del volátil temperamento del Gryffindor, no es que el suyo fuera mejor, pero se contenía más por no maldecirlo.
Las peleas eran una constante en su relación y ya se había acostumbrado por decirlo de alguna manera, los dos eran tercos, Harry por ser un Gryffindor y Severus por ser... Severus. Era una segunda naturaleza para el otrora jefe de la casa Slytherin.
La verdad de las cosas, Severus no entendía por qué Harry estaba tan empeñado en pedir dulces, con el añadido de ir disfrazado. Eran cosas que hacían los niños con sus fam... ¡Oh mierda! Severus por fin cayo en la cuenta de por qué su leoncito estaba tan enojado.
A Severus nunca le había importado la noche de Halloween o Samhain como los Malfoy solían llamarle. Ambas festividades venían importándole un reverendo comino. Su madre jamás le inculco el amor por Samhain, y su padre se encargó de que odiara el Halloween al llevarlo a pedir "dinero" en vez de dulces, y siempre consiguiendo que le dieran dinero a Severus. Dinero que Tobías terminaba gastando en la cantina.
Pero Harry, Harry tenía dos cosas por las cuales odiar el Halloween y aun así quería celebrarlo. La primera razón se debía a que era el aniversario luctuoso de sus padres, y la segunda es que su "familia", sus tíos, solían encerrarlo en la alacena mientras ellos salían con el cachalote varado de su hijo a surtirle más material con que cebarse. En pocas palabras, tenía que soportar que su primo si fuera a pedir dulces mientras él era excluido deliberadamente de la fiesta que los niños aman más que nadie porque significa dulces gratis.