Estados unidos, Los Ángeles, Las Vegas.
Se preparó, se vistió con aquel vestido —si así se le puede llamar— que le llegaba por las rodillas, con varias partes descubiertas, con un escote que tapaba lo mínimo y unas medias de sólo hasta el muslo con una máscara.
Subió a esa especie de escenario y fue a la barra, lo primero que visualizo fue a tipos verdes y pervertidos de unos 40 años.
Suspiró fingiendo que se había excitado y se puso a bailar con destreza en la barra de metal con aumentando de rapidez. Los hombres la toqueteaban, le ponían dinero en la ropa.
Se sentía miserable pero, bueno... Todo lo hacía por su família.
Su jefe la vio con excitación y feliz.
Para él, era la mejor ella. Tenía el cuerpo bien desarrollado y una curvas bien construidas junto con sus atributos, bien formados.Cuando terminó de bailar en la barra, bajó del escenario. Ahora le tocaba la parte más sucia.
Su jefe —borracho— se acercó a ella y le acarició el muslo.
— Eres muy hermosa ¿sabes? — Acotó sonriendo.
— Déjame en paz, si no, no se acostaran conmigo, idiota — Susurro.
El hombre se tambaleo y se fue a la barra.
Un hombre de 30 años y poco más, se acercó a mí.— ¡Estuviste increíble! — Gritó alto a traves de la música.
"Hora de arrastrarse" Pensó Jane.
— Hola guapo - Dijo colgandose de su hombro dando círculos en su pecho - ¿Quieres que vayamos a un lugar más privado? — Preguntó la joven sonriendo.
— Claro hermosa — Dijo sonriendo el chico.
Sonrió coqueta "6000 dólares vengan a mi" pensó.
El chico fue a pagar por su futura noche y se volvió a acercar a ella.
— Empieza tú, niña. Me pone más — Dijo sonriendo con autosuficiencia.
Ella tubo que evitar rodar los ojos. Lo llevó a una habitación y lo puso contra la pared. Y allí empezó su trabajo realmente.
Una vez terminó, hasta a el hombre le costó suspirar. ¡Había sido increíble! Le tocó un pecho a ella y la puso debajo.
— Solo pagaste una vez — Dijo la chica seria.
— Claro qué no, bonita, pagué toda la noche, te lo haré una y otra vez — Dijo sonriendo.
La chica tragó saliva. ¿Es qué acaso era un adicto al sexo o qué? ¡Lo peor es qué estaba bebido! Y luego no se recordará nada.
Así pasaron horas y horas, cuando por fin cayó exhausto eran las cinco de la mañana. Por suerte, se fijó en cada vez que usará condón. Sólo le faltaba eso, que se quedará embarazada de ese viejo.
Se levantó a duras penas del colchón le dolía mucho. Incluso cuando salió le cayeron lágrimas. No sabía si de dolor o de impotencia. Salió del local y había un chico de supongo, 25 años en un deportivo negro.
— ¿Terminaste tu servicio? — Preguntó un chico serio — Soy el hijo de tu jefe — Dijo sin mirarla.
— Pues qué bien, tu papá me va a oír. Le dije que no haría un servicio toda la noche — Dije seria.
Se giró mirándola sorprendido.
— Nadie pagó por una noche entera — Dijo levantándose rápido del auto.
Fueron a paso rápido —a pesar del dolor— a la habitación donde yacía el hombre exhausto.
— Será imbécil — Dijo sacando un arma, le disparó.
— Entonces... ¿Me engañó? — Preguntó la chica dejándose caer al suelo.
— Sí, otra vez preguntanos — Murmuró poniéndose de rodillas delante de ella.
— Tú padre estaba borracho — Bajó la voz, temiendo que la golpeara.
— Hey calma ¿si?, no soy William, soy Ethan. No golpeó a mujeres. — Soltó mirándome.
Se giró a ver al hombre.
— ¿Cuántas veces te lo hizo? — Preguntó serio, viéndola.
— Unas... ocho veces seguidas... — Murmuró con voz rota.
— ¿Y no te duele? — Preguntó serio.
— Sí — Contestó bajando la mirada.
Se sentía como una niña siendo regañada.
— Bien, vamos te llevaré a tu casa — Le sonrió dulce.
— De acuerdo — Masculló con dolor en su voz.
Jamás la habían engañado, se sentía débil, muy débil para tan siquiera poner su faceta de niña mala.
— Gracias — Musitó siguiendo al chico con lentitud.
"Vaya, papá estás durmiendo bien, eh" Pensó Ethan rodando los ojos.
Se giró y la vio débil intentando caminar.La cogió en brazos y la llevó a su deportivo negro, la dejo en el sitio de copiloto.
— ¿En donde te dejo? — Preguntó poniéndole el cinturón.
— No puedo ir a mi hogar, mamá me matará — Dijo pensativa — ¡Ya sé! Déjame en un callejón — Dijo a duras penas.
— ¡Ni de coña! ¿Estás loca acaso? ¿Quieres que te violen o qué? Vistes como stripper — Dijo mirándola como si tuviera otro tercer ojo — Te llevo a mi casa ¿de acuerdo? — Preguntó retóricamente y puso en marcha el auto.
— No quiero ser una molestia... Yo... — Dijo para ser interrumpida por Ethan.
— No lo eres — Le dijo cortante.
— Gracias... — Masculló Jane.
— Ni gracias, ni mierdas, quiero un servicio tuyo — Dijo Ethan frío.
— ¿Hoy? — Preguntó asustada, Jane.
— Hasta las diez — Afirmó.
Jane tembló.
— Bien — Dijo soltando un suspiro, Jane.
Ethan le tendió 10.000 dólares. Cosa que le sorprendió mucho a Jane.
— ¿Me pagarás? Tu hermano jamás me pagó... — Dijo asombrada cogiendo el dinero.
— Mi hermano, no yo — Dijo serio, Ethan
Al llegar, Jane quedó perpleja. Una mansión. Ella creía que eran mitos.
— Vaya, no me equivoque, trabajas para mantener a tu familia ¿verdad? — Dijo abriendo la puerta del coche.
— Así es, tu debes tener mujer y hijos ¿no? Digo, esto es muy grande para una sola persona — Dijo bajando del auto.
Su zona íntima pálpito de dolor, pero lo escondió.
— Pues no, no estoy casado, ni tengo hijos. Tu seguro que si ¿no? — Preguntó comenzando a andar.
— No, jamás tuve novio, ni nada por el estilo, y cuando trabajo me aseguro de que usan siempre protección, no podría mantener a otro niño, bastante tengo con mantener a mi mamá y a mi hermana pequeña — Dijo caminando detrás de él.
Él por su parte se sorprendió.
— ¿Tu madre no trabaja? — Preguntó el chico serio.
— No — Afirmó, entrando a la mansión junto a él.
— ¿Y saben que trabajas? — Preguntó a su lado.
— Sí, pero no saben de qué — Respondió subiendo las escaleras, ya bastante agotada.
— Ya llegamos — Dijo él entrando en una habitación.
— ¡Por fin! Dios mio, creo que jamás me canse tanto — Murmuró siguiendo al chico.
Y allí empezó su trabajo...
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Oscura tentación ©
RomanceJane Johansson; una chica nada fuera de lo común, jamás se ha enamorado. Llegará a su vida en un deportivo negro, un chico llamado Ethan Harrison, quién no tiene ningún problema, en cambiar eso. Dos almas explosivas. ¿Qué tan malo puede pasar? "Ella...