nineteen

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Sonreí al sentir la mano de mi acompañante cerca de la mía.

Hoy habíamos quedado en salir a una cafetería, de echo, a la que íbamos siempre a hablar y a pasar el tiempo juntos, hablando y perdiéndonos en nuestras mentes mientras veíamos el rostro de contrario.

Ahora estábamos caminando hacia mi casa, tomados de las manos cruzábamos cada calle.

Tenía mi vista pegada en las hermosas estrellas, mas brillantes esta noche que la anterior.

–¿Te gustaría ser mi novio?–

Giré rápidamente para verlo.

Tenía una dulce sonrisa en su rostro que era iluminado por las altas lámparas en aquella calle.

Salté a abrazarlo.

Gritando varias veces "si".

Cegado completamente por la emoción.

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R E D  R O S E S • BrallonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora