"Capitulo 3"

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Al salir de la oficina, el reloj marcan las seis de la tarde. Estaba agotada pero tenía que cenar esa noche en casa de sus padre, además de aguantar el enorme tráfico de ese día. Mientras observaba el atardecer a través de la ventanilla de su BMW negro, se preguntaba si sobreviviría tanto tiempo lejos de sus oficinas, de su rutina que tanto amaba.

La casa de sus padres estaba situada en un elegante residencial privado, la zona más tranquila, además de boscosa. La casa fue diseñada por su padre, estilo victoriana, grande, altos techos, ventanas en diferentes ángulos.

 La casa fue diseñada por su padre, estilo victoriana, grande, altos techos, ventanas en diferentes ángulos

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Gala y sus hermanos habían crecido en esa casa, la adoraban, la casa más hermosa.

Mientras caminaba por el camino empedrado que conducía a la entrada, observó los coches de sus hermanos, recordó los momentos vividos con ellos. Jugaban gran variedad de cosas pero nunca fue tratada con delicadeza por ser la princesa de la casa, agradecía a sus hermanos por eso.

Aunque si madre en el fondo hubiera deseado que ella fuera más delicada y que se emocionara por la moda al igual que ella, pero a Gala nunca le interesó ese mundo, si madre nunca entendió su preferencia a ser abogada y ayudar a los demás de esa manera, pero se sentía orgullosa de ver en la gran mujer que se había convertido.

Cuando entró por la enorme puerta, aspiro el aroma del que fue su hogar. La estancia olía a flores secas y rosas aromáticas, su madre adoraba tener flores por todo lado.

De pronto miró a sus pequeños sobrinos Brittany y David correr hacia ella y lanzarse a sus brazos, eran su mayor tesoro los amaba por suyos, eran unos preciosos niños de pelo rubio y castaño y con los ojos de la abuela Sarah.

-Tia Gal! Que bueno que has llegado- dijo David mientras le daba múltiples besos en la mejilla.

- Tia dice mi papá que vas a irte de vacaciones y no vas a ir al festival este año.

-No mis amores, lamentó no asistir este año, pero solo será está vez, okay?

-Okay! Lo prometes? -preguntó la peque Britt.

-Lo prometo mi amor-Gala levantó el meñique para que Britt entrelazará el dedito con ella como señal de que cumpliría su promesa.

Luego de besarles la frente ingreso al salón donde estaban reunidos todos, el primero en mirarla y saludarla fue su padre. Gala visualizo en uno de los sillones a Chris, el hombre que sus padres se empeñaban en que le diera una oportunidad de conocer <<por lo visto no se daban por vencidos>>, pensó.

-Hola princesa como te fue? -dijo papá al oído mientras la estrechaba en sus brazos.

-Muy bien papá como siempre, y a ti?

-Mmm no me quejo.

En ese momento se acercó su madre.

-Hola preciosa!- le dio dos besos junto a un abrazo.

Su familia estaba al tanto de su viaje y les encantaba saber que al fin se daría un descanso. Saludo a sus hermanos y a sus cuñadas Sophie y Noelia, ellas habían sido modelos, altas, morenas y altas, trabajaron durante un tiempo para su madre.

Le quito de los brazos a Noelia al pequeño Liam que apenas tenía nueve meses, era un pequeño gordito de ojos encantadores del que Gala se había enamorado. Le encantaban los niños aunque sabía qué tal vez nunca tendría la posibilidad de tener los suyos.

Después saludo a Chris con un beso en la mejilla como tenía costumbre.

-Hola Gala, como has estado?
-Hola! Muy bien y vos Chris?
-Bien ahora que te veo.

Gala quiso sonreír, pero apenas y pudo hacer una mueca.

Chris era médico, trabajaba en hospital cerca de la empresa de su padre. Era un hombre de treinta y seis años, muy atractivo, cabello negro y unos impresionantes ojos avellana. El problema con él, era que a ella no le interesaba en lo más mínimo.

La cena estuvo divertida, no pararon de reír gracias a las ocurrencias de sus hermanos, platicaron temas variados como siempre solían hacer. Por otra parte Chris no le quitaba la mirada de encima y se portaba demasiado amable con todos aunque ella sabía se era solo para impresionarla.

Después de la cena los hombres se envolvieron en temas de negocios y Gala aprovechó para platicar con su madre.

-Madre me contaron que ya estás organizando el desfile.

-Quisiera saber quién te comentó-Sarah vio por rabillo del ojo a Mathew- si cariño de hecho estuve toda la tarde ocupada con los diseños, tienen que estar listos a más tardar en tres meses.

-No te preocupes madre, todo te saldrá bien como siempre, lo sé. -le guiñó un ojo.

-Por cierto cuñada ya pensaste en la propuesta de Sarah?-le preguntó Sophie interviniendo.

-En eso estoy, todavía no me decido.

Tanto Sophie como Noelia comenzaron a agobiarla con la absurda conversación, como siempre. ¿Por qué tanta insistencia en que desfilará para su madre? Nunca le ha interesado la industria del modelaje ni la moda.

-Calma chicas ya hablaremos después, ¿Verdad Gala?- preguntó su madre.

-Claro! De regreso hablaremos.

Sarah tendría a finales de noviembre uno de los desfiles que hacia al año, le había propuesto a Gala desfilar para ella. Lo cuál siempre recibía una negativa de su parte pero aún tenía la esperanza de que su hija aceptara.

Cuando menos lo esperaron había oscurecido, se despidieron todos de ella y le desearon un buen viaje, esperando unirse unos días antes de la boda. Sus padres la acompañaron hasta su auto.

-Diviértete cariño y no te preocupes por el trabajo, estamos orgullosos, me oyes!-le dijo Sarah.

-Si mamá, lo prometo intentar y sobre el despacho para eso tengo a Lucía.

- A que hora sale el yet?- preguntó su padre.

-Temprano papá, a las nueve.

-Bueno cuídate mucho, sobre todo disfruta de esos días con los chicos, ya no pasan tanto tiempo juntos y nada de preocupaciones, si tú oficina tiene problemas yo me encargó.

-Gracias papá eres el mejor.

-Nos avisas cuando llegues Gala- se despidieron ambos padres.

Gala y Sarah eran muy unidas, no solo se miraban como madre e hija si no también como amiga. Sarah sabía que su hija no superaba el miedo a amar y darse la oportunidad con alguien que le diera luz a su frío corazón.

Gala puso su mejor sonrisa en el rostro, subió a su auto y se dirigió a su solitario hogar.
Mientras conducía no dejo de pensar en lo insistente que era Chris, llevaba meses intentando ir a una cita, algo que Gala estaba evitando, tenía que reconocer que era un hombre inteligente y atractivo, pero por más que lo intentaba, no entendía el porqué no le interesaba.

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