Eran las 6:45 y el sol empezaba a ocultarse, mis pies me decían, regresemos a casa, pero sabía que tenía que completar una encuesta más o no recibiría la paga del día.
Caminaba por esa zona de casas viejas y elegantes cuando una de pronto llamó mi atención a lo lejos, muy apartada de las demás en una pequeña colina. Tenía unas hermosas cortinas rojas bordadas con flores doradas.
Algo en mi interior me decía que no entrara pero mi otro yo decía: ¿Qué puede pasar?Al acercarme un gran gato negro de ojos azules salió de entre los arbustos y me hizo dar un gran salto del susto, al volver a la realidad estaba a punto de tocar la puerta cuando ésta se abrió y frente a mi tuve al más hermoso rostro, un jóven de unos 20 años con unos brillantes ojos azules, muy parecidos a los del pequeño felino de hace un momento, que por una milésima de segundo me parecieron de un tono rojo brillante, pero vamos, qué clase de persona tiene los ojos rojos, pensé, debió ser el cansancio el que me hizo una jugada con esa visión.
Me dispuse a presentarme y aventar todo el rollo que sabía de memoria cuando de pronto él muy amablemente dijo. - Adelante, pasa-.
Mis pocos meses de práctica y comentarios de mis compañeros coincidían en que entrar a casa de extraños no era muy buena idea, pero por una extraña razón, todo lo que sabía era que necesitaba entrar a ese lugar. Apenas entré la puerta se cerró y el suspenso se apoderó de mí, -¿Qué he hecho? Debí estar loca pero al otro día agradecería haber tomado esa decisión.
Quise entrar en mi papel de encuestadora y comenzar la entrevista pero apenas abrí la boca él rozó mi rostro con su mano, tan blanca y tan fría como los copos de nieve en invierno y me miró directamente a los ojos. En ese instante pude ver de nuevo aquel reflejo rojizo y me dije que no podría haber tenido dos veces la misma visión. Mi cuerpo se tensó de inmediato y ni un centímetro respondía, sólo mis ojos podían moverse como si él quisiera que me deleitara con lo que a continuación me haría.
Se acercó lentamente, el sonido de sus pasos hacía eco y junto con mi respiración era todo lo que podía escuchar. Su mirada era como la de un buscador de tesoros a punto de abrir un gran cofre. Cómo olvidar esa mirada, nunca nadie me ha visto, y tal vez nunca lo haga, con tanta pasión y deseo.
Se acercó lo más que pudo a mi cuello y lo olfateó llegando a mi lóbulo para chuparlo y morderlo delicadamente, se puso a mi espalda sin separarse de mi oído y dijo con una voz que me hizo temblar por completo. - Yo soy Taehyung y tú serás mía por esta noche-.
Al escuchar estas palabras de pronto sentí como un deseo inmensurable me recorría desde la más íntima parte y se proyectaba con una respiración más agitada, lo cual de inmediato él pudo deyectar y lo supe al escuchar una pequeña risilla en esos hermosos y carnosos labios.
En ese instante cerré los ojos y pude sentir de nuevo su frío contacto al quitar con un solo movimiento mi chaqueta, mi piel se erizó de inmediato, sentí su lengua húmeda jugar dentro de mi oído y dejé salir un pequeño gemido. Sus hábiles manos abrieron mi blusa dejando al descubierto mi pecho palpitante, me la quitó y tiró al suelo, siguió con mi pantalón de mezclilla viejo no sin antes apretar su miembro junto a mis nalgas. ¡Por Dios! que grande y firme se sentía. Solté un gemido un poco más fuerte y él a su vez una risa de satisfacción como si se supiera victorioso.
Desabotonó aquella prenda y de nuevo con un sólo movimiento la quitó como en un buen show de magia, dejándome así en ropa interior. En ese momento agradecí haberme puesto aquel coordinado de encaje negro que había adquirido recientemente.
De pronto sentí de nuevo la humedad de su lengua recorrer mi cuello bajando por mi espalda y dar una mordida en mi nalga, no sé porqué pero sus dientes me parecieron más filosos de lo normal.
Sujetó mis muñecas y las ató fuertemente con una cinta roja a lo cual me quejé un poco y el en respuesta por este mal comportamiento me reprendió con una buena nalgada. - Shh!!!-. Dijo, y no me quedó más que apretar los labios y esperar a que acabase.
Me tiró casi literalmente en el sillón boca abajo, agradecí que fuera grande y mullido, levantó mi cadera y me nalgueó nuevamente, apretó mis glúteos diciendo - Te ves deliciosa-. Sabía que mi rostro estaba de mil colores pero no me asusté, me sentía tan deseada y hermosa gracias a aquel extraño hombre, que no quería que esa noche terminara.
Vi como su ropa caía y lo sentí sobre mí, aquel miembro que había sentido sobre el pantalón ahora se frotaba en mi entrepierna, sobre mi nueva y ahora húmeda pantaleta negra de encaje, lo sentí y no pude evitar gemir por las ganas que tenía de sentirlo dentro, él lo sabía y su risa, oh aquella hermosa risa que aún recuerdo, lo demostraba.
Con su mano comenzó a inspeccionar mi vagina, primero uno, después dos y al final con tres dedos, yo seguía sin poder decir una palabra pero mis gemidos lo decían todo.
Al sentirme más húmeda quitó por fin mi pantaleta y comenzó a lamer mi parte intima con tanta sed que parecía no se saciaría nunca. Iba de arriba a abajo y luego dentro, metiendo y sacando rápidamente su lengua.
Me jaló del cabello hasta hacerme sentar y colocó una nueva cinta pero ahora sobre mis ojos. Era como satin o seda, demasiado suave. Ya sentada rompió mi sostén y apretó mis pechos suavemente chupando y lamiendo con maestría, poniendo mis pezones aún más duros, lamió hasta mi cuello, mi punto débil, y me hizo estremecer. Sentí de nuevo como unos pequeños colmillos cuando lo mordió ligeramente.
Enseguida me acostó y lo sentí sobre mí, tan fuerte y posesivo. Embistió tan violentamente con su miembro que me hizo gritar. Rió nuevamente pero tapó mi boca diciendo - Es todo tuyo-.
Siguió con la dosis de embestidas por no sé cuánto tiempo hasta que me corrí en aquel sillón grande y mullido, dejando escapar el gemido con más placer que nunca. Pude escuchar su risa de satisfacción nuevamente y de pronto mi cuerpo dejó de sentirse tenso para comenzar a sentir un profundo cansancio y sueño.
No supe cómo pero desperté en mi cama, oí los gritos de mamá para que todos bajaramos a desayunar y creí que todo había sido un sueño hasta que sentí mi cuello arder y vi una pequeña marca con dos orificios apenas perceptibles. Escuché de pronto un maullido a lo lejos, me levanté lo más rápido que pude y alcancé a ver aquellos brillantes ojos azules de aquel hermoso gato negro.
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Entre rojo y azul. -Kim Taehyung 18+-
FanfictionEn un ajetreado día de trabajo, descubres a un maravilloso ser que te hará sentir lo que nunca nadie pudo...