Corría en la oscuridad de la noche. No podía parar. Si lo hacía, esa cosa me mataría.
Me choco con varias ramas del bosque. Me hacen cortes en la cara, en los brazos y en las piernas. Pero no me detienen.
Cada vez oía más cerca las pisadas de esa cosa, sentía su aliento en mi nuca que me provoca escalofríos. Vi unas grandes piedras no muy lejos. Si conseguía despistarlo, podía esconderme allí hasta que amaneciera.
Corrí pasando por muchos arbustos. Sentía como escocían las heridas, cada vez con más intensidad. Pero no me podía rendir. No ahora.
Cuando llegué a las rocas, heché un vistazo hacia atrás para ver si seguía allí. Nada.
Me siento entre las rocas. Intento controlar mi respiración, pero me resulta difícil. Cierro los ojos. Intento imaginarme mi casa, a mis hermanos jugando con mis padres. Lágrimas aparecen en mis ojos. No puedo volver a mi casa. Demasiados recuerdos.
Mi cuerpo ya había entrado en calor, sin embargo notaba mis manos frías. Las acerqué a mi boca, intentando calentarlas con mi aliento. Cierro los ojos, puede que todo esto sea solo una pesadilla.
Sí, eso es, una estúpida pesadilla . Y cuando vuelva a abrir los ojos, todo volverá a la normalidad.
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