Capitulo 2

18 0 0
                                        

El día era nublado y frío, las hojas de los arboles empezaban a desprenderse. Habían pasado meses desde que nos mudamos aquí. Charlie y Luna me habían invitado a cenar en un restaurante para festejar el fin del primer semestre. Me levante de la cama. Estaba temblorosa. Había tenido el sueño de siempre, aunque mas largo de lo que recordaba. Baje a desayunar.

Mientras desayunábamos le pedí permiso a papá y a mamá para ir con Charlie y Luna. Me contestaron que si. Termine de desayunar y me fui a mi habitación.

En la tarde decidí que era hora de empezar a alistarme. Me puse unos pantalones negros ajustados, una blusa, y una chaqueta negra. Me deje el cabello suelto, que era como siempre lo llevaba.

Mas tarde me despedí de mamá y papá. El restaurante quedaba a unas cuantas cuadras, así que decidí ir caminando.

Iba pasando por un parque, estaba muy descuidado y no había nadie. Cerca del parque había unas cuantas casas abandonadas. Empezaba a tener frío, así que empecé a atravesar el parque mas rápido. ¿Era mi imaginación o había un perro negro mirándome fijamente desde el centro del parque?. Camine aun mas rápido. Ya había pasado el parque y el restaurante solo quedaba a una cuadra. Me apresure a entrar, pues sentía aun la mirada del perro negro.

El restaurante estaba muy iluminado, y había muchas mesas. Empecé a recorrer con la mirada el lugar para encontrar a Charlie y a Luna. Estaban en una mesa de al fondo. Me vieron y me hicieron gestos con la mano para que me acercara. Camine hacia ellos.

     -¿que onda, sam?- me dijo Charlie.

     -Hola Charlie- le conteste con una sonrisa en el rostro.

     -Hola Sam- me dijo Luna sonriendo.

     -Hola Luna- le conteste riendo.

     -Vasta de saludos, - dijo Charlie- tengo hambre. ¿Se dan cuenta?.

     -Claro que nos damos cuenta- le conteste giñando un ojo- pero queremos hacerte sufrir.

Los tres  reímos. Charlie le hizo señas a un mesero para que nos tomara las ordenes.

      -Quiero una hamburguesa doble, con todas las papas fritas que le pueda poner y un refresco extra grande- le dijo Charlie al mesero.

Luna y yo miramos a Charlie. El nos miro y dijo:

     -¿Qué? Les dije que tenia hambre.

     -¿ustedes que van a ordenar?- nos pregunto el mesero.

     -Yo igual que él, solo que nada doble, ni papas demás, y refresco normal -le contesté.

     -Yo igual que ella- dijo Luna.

Nos trajeron las hamburguesas. Estaba viendo a Charlie comer su hamburguesa doble, era un verdadero asco, pero hacia reír. Terminamos nuestras hamburguesas. Hablamos un rato, contamos chistes y nos pusimos de acuerdo para juntarnos a ver películas la próxima semana. Salimos afuera del restaurante. Estaba oscuro y hacia frío. Me puse mi chaqueta que me había quitado en el restaurante por que no hacia frío adentro. Un auto se estacionó en frente de nosotros. 

    -Es mi padre -dijo Luna- ya me voy.

    -¿Podrías llevarme a mi casa querida?-dijo Charlie fingiendo elegancia.

    -Claro que si, -le contesto Luna- ¿quieres que te lleve a tu casa Sam?

    -No gracias, mi casa queda a unas cuantas cuadras- le conteste- iré caminando.

     -Bien, - dijo Luna con una sonrisa- hasta pronto.

    -¡Adiós Sam! -dijo Charlie.

Los GuardianesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora