Parte Cinco.

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Dos horas después estaban en el Charles de Gaulle de París esperando por el vuelo que los llevaría a New York.

Eva estaba realmente agradecida de que David hubiese comprado esos asientos en primera clase, pues en verdad estaba cansada y una silla de esas podía brindarle suficiente descanso.

En la sala de espera, ella no fue capaz de seguir el hilo de la conversación y solo dormitó en los brazos de David hasta que los hicieron subir de nuevo. Entre sueños escuchaba la conversación de su novio con su mejor amiga sobre diversos temas, pero ambos se escuchaban felices y eso la hacía sentirse bien.

***

David contemplaba a los demás pasajeros que estaban en la salida del terminal del aeropuerto. La restricción que le había mencionado Kelly sobre no salir de la sala fue ineficaz, ya que los auxiliares de vuelo les permitieron salir a comprar souvenirs y los habían trasladado hasta donde se encontraban en ese momento porque eran diferentes las aerolíneas de los dos trayectos.

Eva parecía de gelatina en sus brazos. Estaba cansada y se imaginaba que no era solo de días, sino cansancio de meses. Besó el cabello de su amor y suspiró complacido de que estuviera descansando en sus brazos.

-Fueron unos meses de mierda para ella. -Dijo Carina viéndolos con una leve sonrisa en los labios. -Jack... No sé qué le pasó y como fue capaz de hacerle algo así a su hija. Ella amaba tanto a su padre y él se aprovechó de ese amor que le tenía y como si no le hubiese parecido suficiente también la amenazó con Letitia... De repente todo lo que ella había encontrado siempre seguro se volvió en su contra y ella tuvo miedo. Hasta su relación con Nathan... Él era como uno de sus mejores amigos, confiaba en él pero era más factible que se enamorara de mí que de él. -David se rió ante esa ocurrencia que no tenía mucho de falsa. -Igualmente iba a casarse con él por no herirlo y por la presión de sus padres, pero llegaste tú... -Ella le sonrió más ampliamente.

-Llegué yo y...

-Bueno, que ella vio la luz. -Ambos soltaron una carcajada. -No, en serio, eso fuiste para ella: su luz, su primer amor y el único, estoy segura.

-Yo también. No te imaginas como la amo. Para mí también fue difícil... Ya sabes, mejor amigo, toda la vida como hermanos, pero ella también fue para mí luz y yo fui una polilla que no podía alejarse. Me enamoré y nunca me había sentido así, y cuando me di cuenta de que ella no quería a Nathan fue la estocada que faltaba para saber que teníamos que estar juntos porque ella también se sentía así por mí.

-Hablando de Nathan ¿Cómo te sientes con eso? -David se encogió de hombros y vio a la suave y preciosa mujer que estaba en sus brazos... Luego como un remolino de imágenes comenzaron a reproducirse los recuerdos de tantos años con su mejor amigo. - ¿Sientes algún rencor con Eva por...? Ya sabes...

-No... No. Fue mi decisión y fue la mejor para todos. -David pasó saliva. -Y pues Nathan... Espero que algún me perdone y lo entienda. Si decía que la amaba va a estar bien con que ella sea feliz y pues tuve que elegir entre dos personas importantes en mi vida y gano la dueña de mi corazón. -Cari sonrió. -No había manera de que yo pudiese vivir sin Eve. No te imaginas el dolor que sentía cuando la veía con Nathan, me dolía ver el desespero en sus ojos y cuando me la llevé de la boda fue un momento perfecto, su cara sonriente y sus ojos aliviados. Mi chica vale la pena. -David besó el cabello de la susodicha y ella se encogió más en su regazo.

-No sé si deba decírtelo...

-Cuéntame.

-Bueno. Cuando se fueron, a pesar de que odio al maniático... -David sonrió. -Me dio mucha lástima porque quedó hecho polvo... Tuvieron que meterlo al hotel prácticamente a la fuerza porque se quedó en el mismo sitio después de que el coche desapareció.

Reclamando a mi mujer (EPDLB II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora